The Economist, y la ofensa a México.
Por; Jesús Hoyos Hernández//Nacional//Análisis//Política//Opinión//Medios de información//
En la reciente publicación, del diario The Economist. Este diario con sede en Londres, que no sabemos si es un diario o una revista, recientemente publico un articulo, dedicado al primer mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, bajo el titulo de el “Falso Mesías” Esto es inaceptable, realmente ofende a los mexicanos, no es un articulo de critica u análisis político, es una ofensa, que ya el presidente de la república tuvo la oportunidad de replicar en la conferencia mañanera de pasado 27 de mayo.
Esto nos debería de tener indignados a todos los mexicanos y suficiente para que la Secretaria de Relaciones Exteriores, tome cartas en el asunto. La derecha miserable aplaude tal hecho.
Primera mente el calificativo de “Falso Mesías” y que es un “peligro para la democracia” eso nada más a los mexicanos nos toca decidir, también acusan de “Dividir a los mexicanos” y lo podríamos pasar por alto y no darle importancia, pero lo que si no podemos aceptar es el llamado que hacen al gobierno de los Estados Unidos que ponga atención hacia su patio trasero, para romper el autoritarismo. Con que autoridad y con que derecho una revista, donde sus titulares son extranjeros piden la intervención de otro país extranjero y la intromisión en la democracia.
Segundo -No somos colonia de ningún país extranjero, y mucho menos el patio trasero del país vecino, y si hay mucha relación, como vecinos y como socios, y así lo vemos, pero todo con respeto como naciones soberanas.
En este tenor deberíamos de pedir disculpas de parte de los editores de la revista, de este inicuo asevera miento y un llamamiento respetuoso al gobierno de ese país. El calificativo de “patio trasero” ya es humillante.
Por si no lo saben los señores de la revista The Economist. México tiene mas de 500 años, logro su independencia 2 hace más de 200 años, para ser exactos. “El 16 de septiembre de 1810, somos una República representativa, democrática y federal, políticamente dividida para su representación en 32 entidades federativas, de las cuales 31 son Estados libres y soberanos en su régimen interior y un Distrito Capital de México, donde residen los Poderes Federales”. Con una superficie de 1 964 375 km².
En ese orden somos un país y una nación soberana, pedimos y exigimos respeto, en igualdad de condiciones. Somos parte de más de cien naciones en el mundo, donde para algunos somos amigos, socios y vecinos, pero no somos el patio trasero de nadie.
La derecha en México es tan ruin y miserable que aplaudió esta bajeza y esta ofensa.
Ahora la derecha en México, que a perdido sus privilegios, pide a Estados Unidos la intervención en la democracia mexicana, hasta un golpe de Estado como en Bolivia en Noviembre del 2019. La única ocasión en los tiempos modernos donde miles de mexicanos pedían la intervención de un gobierno extranjero en la incipiente anti democracia en México, fue en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Derivado de los terribles acontecimientos de desapariciones forzadas, la desaparición de los 43 estudiantes 2 normalistas de Ayotzinapan 2, 3, 4 en Iguala Guerrero, la privatización de PEMEX, los intentos de privatizar la educación 2 y la salud, la represión en México, la nula credibilidad en las instituciones publicas, la creciente impunidad, las movilizaciones sociales incendiaban al país en posible levantamiento armado, por esa razón la represión se recrudecía en todo el país.
No fue echa por un gobierno a otro, o que haya sido por ciudadanos extranjeros o por alguna organización civil financiadas desde el extranjero como las de Claudio X Gonzáles. La invitación fue hecha de forma directa en marzo del 2016 por el movimiento #YoSoy132, al gobierno Ruso de Vladímir Vladímirovich Putín. El movimiento junto millones de firmas que le hicieron llegar al mandatario Ruso. La invitación a restaurar una democracia, no fue por desplegados editoriales, o por inmundos pasquines, si no con millones de firmas, la sensatez del gobierno ruso fue creer en la democracia de países soberanos la mesura de su gobierno fue guardar silencio, pero creemos que los ojos estaban puestos en México. Todavía en las elecciones del 2018, por la poca credibilidad en los órganos electorales, mantenían una esperanza de auxilio y volteaban a ver a Rusia. Pero no fue necesario por primera vez la voluntad del pueblo se impuso rebaso las capacidades a los que pretendían hacer otro fraude.
La publicación del The Economist. No debería de sorprendernos, es una revista neoliberal, 2 3 buscan influir en las democracias mediante el libre mercado y el comercio, debilitando el nacionalismo y leyes proteccionistas. Lo que dijo alguna vez Fidel Castro, “El liberalismo no es una teoría de desarrollo es una teoría del saqueo”
El “The Economist” fue fundada por James Wilson (banquero y empresario escocés), con el objetivo de exigir la derogación del arancel a la importación de granos (Corn Laws) y defender el libre comercio. Actualmente The Economist Group, una sociedad editorial controlada en el 50 % por las familias Rothschild y Agnelli. El otro 50 % de las acciones son propiedad de inversionistas privados, incluyendo a los trabajadores de la revista.
Así como en México, donde los medios solo sirven a los intereses de sus propios dueños de una elite empresarial reducida a unas diez familias mezquinas, así los medios occidentales solo tienen un dueño o unos cuantos dueños que buscan su propio interés global en la arena geopolítica económica mundial, del orden mundial de países NO alineados, los instrumentos del imperialismo, se encargan de la publicidad para justificar la intervención y la invasión de los países poderosos, intervenir en las verdaderas democracias para destruirlas e imponer a presidentes.
Por muchos años acusaron a los comunistas de ser los causantes de todos los males en el mundo, una teoría y una forma de gobierno que prácticamente no existe, pero que ironía de los detractores por que son ellos los que imponen como debe de verse el mundo, ellos deciden lo que es bueno y lo que es malo, ellos creen que el mundo debe de verse bajo su propia perspectiva, el mundo debe de ser gobernado por puros blancos, bajo una sola ley suprema dictada y escrita por ellos mismos.
A México nadie lo vino a salvar
durante los peores saqueos y las peores imposiciones, donde los salvadores de
las democracias son los mismos saqueadores. Ahora piden salvar a México.
En el 2012 las revistas The Economist y The Time dijeron que Peña Nieto era el Salvador de México y que nos llevaría a ser una potencia económica.
-Reportera de Contra-línea exhibe preparación de un GOLPE DE ESTADO BLANDO en el que están involucrados Calderón, Fox, Salinas, Claudio XG, INE, informadores, intelectuales, agencias internacionales..."
— CALO LUNA (@CALOLUNA) June 2, 2021
-AMLO:
"El pueblo es mucha pieza y sólo el pueblo puede salvar al pueblo" pic.twitter.com/ucH0kHwOEm
En 1913 apoyó el golpe y asesinato del presidente Madero
El The Economist fechado 27 de septiembre de 1913 y titulado “The problem in Mexico I” (El problema en México) en donde se favoreció el golpe contra Francisco I. Madero y apoyó a Victoriano Huerta, en donde se hace una crítica a la situación económica en la época de Porfirio Díaz, pero también se señala a Madero durante casi todo el texto y coloca al ejército como un factor relevante que solamente Díaz y Huerta podían controlar.
KarlMarx leyó The Economist. Y a la ya vieja revista inglesa fundada en 1843, el pensador alemán la definió como lo que siempre ha sido: "el órgano europeo de las aristocracias financieras" (la cita viene en el 18 Brumario, pág. 298, Tomo I, Obras Escogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1971).
¡Abierta e históricamente situada en la derecha económica más rancia, no me sorprende pues que la misma revista que en 2012 le dedicó una portada a EPN, ese prócer de las “reformas estructurales” que llevaría a México al TopTen de las potencias (el chiste se cuenta solo), hoy salga con una nueva portada que retoma el petate de muerto de “AMLO, un peligro para México... y el mundo y el universo!" y pida la "intervención" de Joe Biden en nuestro país, "su patio trasero" (así: literal).
EN UN MUNDO plagado de populistas autoritarios, el presidente de México de alguna manera ha escapado del centro de atención. Los liberales condenan furiosamente la erosión de las normas democráticas bajo Viktor Orban de Hungría, Narendra Modi de India y Jair Bolsonaro de Brasil, pero apenas notan a Andrés Manuel López Obrador. Esto se debe en parte a que carece de algunos de los vicios de sus pares populistas. No se burla de los homosexuales, no golpea a los musulmanes ni incita a sus seguidores a incendiar el Amazonas. Para su crédito, habla en voz alta y a menudo en nombre de los que no tienen dinero en México, y no es personalmente corrupto. Sin embargo, es un peligro para la democracia mexicana.
López Obrador divide a los mexicanos en dos grupos: “el pueblo”, por lo que se refiere a quienes lo apoyan; y la élite, a la que denuncia, a menudo por su nombre, como delincuentes y traidores a los que culpa de todos los problemas de México. Dice que está construyendo una democracia más auténtica. Es una criatura extraña. Convoca muchos votos, pero no siempre sobre temas que se resuelven mejor votando. Por ejemplo, cuando se plantean objeciones legales a uno de sus proyectos favoritos (mover un aeropuerto, construir un oleoducto, bloquear una fábrica), convoca un referéndum. Elige un pequeño electorado que sabe que se pondrá de su lado. Cuando lo hace, declara que la gente ha hablado. Incluso ha pedido un referéndum nacional sobre si enjuiciar a cinco de los seis ex presidentes de México vivos por corrupción. Como truco para recordar a los votantes las deficiencias de los regímenes anteriores, es ingenioso. También es una burla del estado de derecho.
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