jueves, 17 de agosto de 2023

El reformador de la Iglesia Martín Lutero

Toda la teoría política de Lutero está basada en sus principios religiosos. A diferencia de Maquiavelo que elaboró una teoría política sobre las formas de gobernar de los príncipes, Lutero no intenta elaborar una teoría política sino que su pensamiento político tiene un carácter ocasional y marginal.
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El reformador de la Iglesia Martín Lutero

Martín Lutero fue una figura crucial de la Edad Moderna en Europa, la influencia del conjunto de sus teorías y doctrinas (que suele ser denominado luteranismo) se extendió, más allá de la religión, a la política, la economía, la educación, la filosofía, el lenguaje, la música y otros espacios de la cultura.

 

Nació en Eisleben el 10 de noviembre de 1483. Recibió una sólida educación en Mansfeld, Magdeburgo y Eisenach. En 1501, a los 17 años de edad, ingresó en la Universidad de Erfurt, donde se licenció en 1502 y doctoró en 1505. Después quiso estudiar Derecho, pero en el verano de 1505 abandonó de pronto sus estudios. En el otoño de 1506 profesó como monje y un año después se ordenó sacerdote, e ingresó en el monasterio de los agustinos de Erfurt. Con el propósito de estudiar teología para ocupar una cátedra en una de las muchas universidades alemanas regidas por los monjes, su amigo y consejero Johann von Staupitz, vicario general de los agustinos, le asignó en 1508 un curso introductorio de filosofía moral en la nueva Universidad de Wittenberg (fundada en 1502). En 1509 se licenció en teología y volvió a Erfurt, donde impartió clases y estudió (1509-1511). En noviembre de 1510 visitó Roma en representación de siete monasterios agustinos y cumplió los deberes religiosos acostumbrados para un visitante piadoso, pero la mundanidad del clero romano le indignó. Al poco tiempo de reanudar sus deberes en Erfurt, fue enviado a Wittenberg para estudiar el doctorado de teología. En 1512 se doctoró y asumió la cátedra de Teología Bíblica que conservó hasta su muerte, el 18 de febrero de 1546. Después de articular su teología básica en sus primeros escritosDe la libertad del cristiano (1519), Manifiesto a la nobleza cristiana de la nación alemana (1520), La cautividad de Babilonia (1520), De la esclavitud del arbitrio (1525)— publicó su libro más famoso, Pequeño catecismo (1529). Lutero fue el iniciador de la Reforma protestante en Alemania  y que posteriormente se extendería a toda Europa occidental. El punto de partida fue la publicación de sus 95 Tesis (en 1517) que desafiaban la teoría  y la práctica de las indulgencias papales. La Reforma supuso el fin de la hegemonía de la Iglesia católica y la instauración de las distintas iglesias ligadas al protestantismo y alteró por completo el modo de vida de Europa occidental e inicio la edad moderna.

 

Pero la Reforma luterana fue la culminación de circunstancias que se remontan a fechas anteriores y que conjugan elementos doctrinales, políticos, económicos y culturales. Entre estas circunstancias podemos destacar el poder que había ido acumulando la Iglesia católica sobre el control del gobierno civil de las tierras, en el nombramiento de cargos eclesiásticos y en el ejercicio de la autoridad judicial, en definitiva la supremacía del papado en los asuntos políticos. Esto sentó las bases sobre las que Lutero, y posteriormente Juan Calvino reivindicaran que la única autoridad posible era el juicio individual aplicado al estudio de la Biblia. La Reforma se extendió vertiginosamente por el pueblo, Lutero incluso  fue recibido como un líder revolucionario. Los campesinos tomaron algunos puntos defendidos por Lutero, que desaprobó la utilización de sus doctrinas para justificar una revolución social. Y aunque en un principio procuró buscar una salida pacífica al conflicto, pronto se volvió contra los campesinos y les condenó por recurrir a la violencia. Los campesinos fueron derrotados, pero la escisión producida entre los católicos y los luteranos se incrementó. A pesar de la diversidad de las fuerzas reformadoras, la Reforma tuvo resultados importantes allí donde triunfó. En general, el poder y las riquezas perdidas por algunos nobles y por la jerarquía católica pasaron a la clase media y a los monarcas. Varias regiones de Europa ganaron independencia política, religiosa y cultural. La religión ya no era tanto una parcela privilegiada del alto clero, sino una expresión directa de las creencias de la población. Sin embargo, la intolerancia religiosa no disminuyo y los enfrentamientos religiosos continuaron siendo frecuentes.

 

Toda la teoría política de Lutero está basada en sus principios religiosos. A diferencia de Maquiavelo que elaboró una teoría política sobre las formas de gobernar de los príncipes,  Lutero no intenta elaborar una teoría política sino que su pensamiento político tiene un carácter ocasional y marginal. Todo su preocupación radica en explicar el comportamiento que debe  tener un cristiano en su vida temporal, abarcando cada ámbito en los que ésta vida se desenvuelve: la familia, el trabajo, la economía, las artes, etc. Todo su pensamiento político se encuentra en la doctrina de los dos reinos: el reino de Dios y el reino del mundo. Lutero divide a los hombre en dos partes: los que pertenecen al primer reino, el reino de Dios, es decir los cristinos y los que pertenecen al reino del mundo, los no cristianos. Afirma Lutero que hay que diferenciar ambos reinos pero que los dos son necesarios, por que no es suficiente el uno sin el otro: el gobierno espiritual de Cristo  es necesario porque sin él nadie puede llegar a ser justo ante Dios, pero si sólo reina él sobre un país (partiendo de  que no se extiende a todos los hombres, sino sobre los cristianos, que forman, un número reducido y viven entre los no cristianos) “se suelta el freno a la maldad y se deja lugar para todas las fechorías  porque todos los hombres comunes no pueden aceptar ni entender este gobierno”; el gobierno secular es necesario para reprimir la maldad, sin él no sería posible la vida del hombre en sociedad, pero si sólo rige el gobierno secular o la ley “habrá pura hipocresía, pues sin el Espíritu Santo en el corazón nadie llega a ser bueno”. 

 

El poder político es una institución querida pos Dios. Lutero insiste en que en orden político forma parte del orden providencial querido por Dios para este mundo. Los dos reinos, son dos modelos por los cuales Dios gobierna a los hombres, están en el mismo plano pues su origen es divino. El reino espiritual está gobernado por Cristo, sus normas son la ley de Dios, el derecho divino, que se comunica a través de la Palabra. Los ministros de este reino tienen la única función de inculcar la Palabra, no tienen autoridad por que todos los cristianos son sacerdotes. El gobierno secular está gobernado por la espada, que representa al derecho y a la ley, que obligan externamente a aquellos que no son cristianos. Este gobierno secular tiene leyes que no afectan más que al cuerpo, a los bienes y a todas las cosas exteriores que hay en la tierra. Lutero mantiene que la espada no tiene poder en los asuntos de fe y por ello no puede obligar a creer por que se trata de un acto personal e íntimo.

 

Otro tema que plantea Lutero es el de si un cristiano debe por una parte, obedecer a la espada  y por otra, si debe servirla. En la primera cuestión afirma que el poder y la espada son un servicio a Dios, por que aunque el cristiano no necesita la espada se somete a ella por amor al prójimo, porque es necesaria y útil al mundo. Lutero dice, en la segunda cuestión, que si la espada es un servicio a Dios, tiene que ser también un servicio a Dios todo lo que el poder necesite para llevar la espada, así  los cristianos pueden ser verdugos, jueces, alguaciles, siempre que lo hagan para el bien del prójimo y  no en interés suyo. Así para Lutero un príncipe es bueno cuando se despoja en su corazón de su poder y autoridad y hace suyas las necesidades de sus súbditos y actúa como si fueran sus propias necesidades. En resumen no hace falta demostrar  la importancia  e influencia que tuvieron las ideas de Lutero, sobre todo en el plano religioso. El luteranismo, en un  primer momento, produjo la creación de iglesias independientes nacionales y territoriales, precipitando así la ruptura de la unidad que vertebraba el cristianismo occidental, y a pesar de que siguieron intermitentes guerras religiosas, se llegó la Paz de Augsburgo (1555), acuerdo donde se estipulaba que la religión del gobernante de cada territorio dentro del Sacro Imperio romano tenía que ser la religión de sus súbditos, autorizando de un modo efectivo así a las iglesias luteranas y reconociendo además a los príncipes territoriales como primados de sus respectivas iglesias.

 

Con la reforma el poder del príncipe o monarca salió reforzado en cuanto a su propia autonomía, porque ya no depende ni siquiera indirectamente de la organización eclesiástica, y en cuanto a sus competencias, la Iglesia dejó al Estado toda la dirección de la sociedad, incluida la propia Iglesia. Parece contradictorio que Lutero defendiera la libertad de la fe del dominio de la Iglesia católica alegando que es un acto personal e íntimo y se desembocara en una iglesia nacional dirigida por los monarcas.

 



 
Autor; Jesús Hoyos Hernández

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