Segundo tirador en el asesinato de
Colosito. Detienen al ex-agente del CISEN
El Ocho de noviembre de 2025, en la colonia Los
Reyes, de Tijuana, Baja California, México, fue capturado Jorge Antonio Sánchez
Ortega, lo aprehendió la
Interpol basado en la ficha roja que se expidió a petición de
la Fiscalía General
de la República. El
exagente del CISEN señalado como segundo tirador en el asesinato de Colosio, Jorge
Antonio Sánchez Ortega, exagente del CISEN, fue detenido en Tijuana por
presuntamente ser el segundo tirador en el magnicidio de Colosio en 1994. Su
nombre ya había surgido en investigaciones pasadas, aunque fue liberado al día
siguiente del crimen tras vincularse oficialmente a Mario Aburto. Con
trayectoria en espionaje político, Sánchez Ortega participó en labores
encubiertas y vigilancia de movimientos sociales y políticos. Su arresto podría
revelar nuevos vínculos entre el aparato de inteligencia, el PRI y altos
funcionarios, reabriendo un caso que parecía cerrado hace más de 30 años. Exagente
del CISEN, vinculado con la muerte de Colosio, es detenido. Jorge Antonio
Sánchez Ortega fue detenido por primera vez en 1994.
¡Treinta años después… Harfuch rompe el silencio del caso
Colosio! El país entero está hablando de esto. Un exagente del CISEN, Jorge
Antonio Sánchez Ortega, fue detenido en Tijuana y señalado como el presunto
segundo tir*dor del as*sinato de Luis Donaldo Colosio. Las pruebas de ADN,
pólvora y nuevos análisis científicos cambiaron todo lo que creíamos saber. Harfuch
lo capturó y ahora el expediente más oscuro de México se ha reabierto. Y sí, ya
habló… y lo que dijo sacudirá al país.
Esta es su segunda
detención, considerado como presunto segundo tirador en el homicidio del
excandidato presidencial del PRI. El mismo agente al que fue a “rescatar” el
entonces agente Genaro García Luna, futuro titular de la AFI y de la Secretaría de Seguridad
Público en los sexenios de Fox y de Calderón. El señor Sánchez Ortega tiene 61
años de edad, trabajaba como director de la empresa Peak Grovut Capital y se le
detuvo porque se le acusa desde hace treinta años de haber accionado un arma de
fuego contra el candidato del PRI para la presidencia de la república. En el
año 1994, Jorge Antonio Sánchez Ortega era parte del Centro de Investigación y
Seguridad Nacional (CISEN), que era la agencia mexicana que espiaba a los
ciudadanos para luego secuestrarlos y desaparecerlos si acaso sospechaban que
tenían actividades subversivas o si pensaban tenerlas. Fue designado (se piensa
que por Carlos Salinas de Gortari) como parte del cuerpo de seguridad de Luis
Donaldo Colosio Murrieta, candidato designado por el mismo Salinas como
aspirante a la presidencia de México. El coordinador de la campaña de Colosio
era Ernesto Zedillo y éste decidió que se desviaran de su ruta en Tijuana para
hacer una parada en Lomas Taurinas y que allí el candidato pronunciara un
discurso para los pobladores, hasta que se conoció el desenlace de ese evento
su pudo comprender por qué Zedillo se desvió del camino que llevaban para
adentrarse en ese lugar que contenía muy baja población y que además estaba
desconectada de vías prontas para cualquier emergencia. Zedillo ordenó que no
se levantara un entablado, que Colosio se trepara a la parte trasera de una
camioneta para que, micrófono en mano, diera su discurso. De esa manera, el candidato
quedó al alcance de los que lo escuchaban. Cuando Colosio terminó de hablar,
descendió de la camioneta y se dirigió hacia el vehículo que estaba usando para
trasladarse. Para su protección, los
elementos del Estado Mayor Presidencial (gente entrenada para la protección del
Presidente) dieron forma a una figura que llaman "Diamante" en la que
Colosio quedó en el centro, supuestamente apartado de la gente. El empuje de
los asistentes al acto político rompió la seguridad de Colosio dejándolo
expuesto a lo que fuera, en esas condiciones tan precarias dos hombres
dispararon contra él. Los simpatizantes de Colosio se lanzaron contra uno de
los que disparó, lo golpeó, lo arrastró, hasta que los elementos de seguridad
se los arrebató. El rostro y la figura del tirador quedó expuesto a las cámaras
de televisión y se grabó en la memoria del mexicano común: esbelto pero fuerte,
de baja estatura, bigote delgado y pelo abundante y rizado.
Los elementos del
Estado Mayor Presidencial acondicionaron un domicilio cercano para convertirlo
en Casa de Seguridad y allí encerraron al disparador. En Los Pinos, Carlos
Salinas de Gortari hizo dos movimientos: se comunicó con el Gobernador de
Sonora, Manlio Fabio Beltrones, para ordenarle que se trasladara inmediatamente
a Lomas Taurinas y se pusiera al frente de la situación, la otra orden que dio
Salinas fue que del CISEN enviaran a Genaro García Luna para que rescatara a un
detenido por el asesinato de Colosio. Manlio Fabio Beltrones llegó a Lomas
Taurinas y en su camioneta se llevó al que disparó contra Colosio, horas
después volvió para entregar a las autoridades a un joven de casi un metro
ochenta de estatura, con el cabello recortado y sin bigote, que dijo llamarse
Mario Aburto Martínez quién en los primeros interrogatorios gritaba con
desespero: yo no fui, fue el viejón, fue el viejón. Genaro García Luna llegó
hasta donde estaba detenido un hombre llamado Jorge Antonio Sánchez Ortega
acusado de ser el segundo tirador contra Colosio porque se le encontraron
encima dos pruebas contundentes, su ropa estaba manchada con la sangre de
Colosio y la prueba de rodizonato de sodio (residuos de pólvora) demostraban
que disparó un arma en un tiempo similar a cuando mataron a Colosio. Con el
poder que le daba ser el representante de Carlos Salinas de Gortari, presidente
de México, García Luna hizo que se liberara a Jorge Antonio Sánchez Ortega y se
lo llevó a la Ciudad
de México. Desde ese momento no se publicó su rostro ni sus señas particulares
que son similares al sujeto que la gente atrapó y que las cámaras de televisión
grabaron.
Días después, Mario Aburto declaró que no recordaba
nada de lo que pasó porque le pegaron muy duro en la cabeza o porque le dieron
a beber una sustancia extraña en el agua. Tiempo después admitió haber sido el
único que disparó contra Colosio y hasta explicó cómo fue que Colosio giró al
recibir el primer balazo en la oreja para que pudiera meterle una bala más en
el costado contrario. Nadie creyó la versión oficial que hablaba del asesino
solitario, las pesquisas no llevaron a nada nuevo y la gente se perdió en un
mar de teorías, a Zedillo, Salinas lo hizo presidente del país y ocurrieron las
desgracias del Error de Diciembre, el Fobaproa, la reforma a las pensiones, la
creación de las Afores, la llegada de Vicente Fox a la Presidencia, su
escandalosa corrupción, el desafuero de Andrés Manuel López Obrador, el fraude
electoral contra el pueblo de México para imponerle a Felipe Calderón en la
presidencia del país, la simulada guerra contra el crimen organizado, 60 mil
asesinatos, 120 mil desaparecidos, un billón de dólares por la venta del crudo
desaparecidos y la llegada del superficial y tonto Enrique Peña Nieto que trajo
sus masacres propias como los 43 estudiantes de Ayotzinapa secuestrados y su
Verdad Histórica. Sin embargo, el asesinato de Luis Donaldo Colosio era una
llaga dolorosa sobre la piel del Pueblo que décadas después continuaba
exigiendo saber quién mató a Colosio. Eso fue lo que encontró Andrés Manuel
López Obrador cuando el Pueblo lo hizo presidente de la república, por eso, su
equipo de especialistas en hermenéutica analizó la documentación sobre el caso
y se encontró con el caso de Jorge Antonio Sánchez Ortega y su milagroso
rescate.
AMLO solicitó a un juez que reabriera el caso y
librara una orden de aprehensión contra el segundo disparador contra Colosio,
entonces una vez más las piezas del engranaje que construyeron los oligarcas se
movieron para que el juez, sin que fuera de su competencia, negara reabrir el
caso Colosio y no otorgar la orden de captura contra Jorge Antonio Sánchez
Ortega declarando que se negaba porque AMLO tenía intereses políticos. Claudia
Sheinbaum asumió la
Presidencia de la república y revivió el caso, la Fiscalía General
de la República
solicitó a otro juez la orden de captura y a la Interpol la ficha Roja
para la localización del segundo asesino material de Colosio. La orden de
aprehensión fue efectuada y al conocerse la noticia. los periodistas chayoteros
difundieron la noticia de que la captura de Jorge Antonio Sánchez Ortega
solamente es un distractor, una cortina de humo, para tapar el asesinato del
presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, al que por cierto se
le cayó el aura de santidad política porque se encontró un vídeo en el que
aparece en una amistosa reunión con Carlos Alazraki, Rubén Moreira, Rubén
Aguilar y otros priistas que le llevaron regalos y lo felicitaron por atacar
con tanta saña a los enemigos del PRI. Todavía hay muchos que no quieren
comprender que los priistas abrazaron de esa manera y felicitaron a Luis
Donaldo Colosio Murrieta antes de que fuera asesinado. Jorge Antonio Sánchez
Ortega fue detenido y los que participaron en el complot criminal se retuercen
los dedos de las manos, llenos de angustia, preguntándose; ahora que Jorge
Antonio Sánchez Ortega no está bajo su protección ¿qué declarará?
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