Por; Jesús Hoyos Hernández//Biografías //Siglo XX//Resistencia//Guerrero//Guerra sucia//Ayotzinapa//
Orígenes de Lucio Cabañas
Lucio Cabañas Barrientos
Lucio nació el 15 de diciembre de 1936, en la
comunidad serrana El Porvenir. Sus padres fueron Rafaela Gervasio Barrientos y
Cesáreo Cabañas Iturio. Su abuelo el general zapatista Pablo Cabañas Macedo y
su abuela Aldegunda Iturio de la
Cruz. La partera Gregoria Loza atendió su alumbramiento. Fue el segundo hijo, la primera fue Facunda y
el tercero Pablo. Cuando tenía tres años sus padres se separaron, quedando con
sus hermanos al cuidado de su abuela Aldegunda. Su madre Rafaela se volvió a
casar, esta vez, con Juan Serafín, quien se la llevó a vivir a San Martín de
las Flores. De ese matrimonio nacieron los otros hermanos de Lucio, Alejandro,
Bartola, Juana, Manuel y Conrado.
Cuando Lucio tenía ocho años, Facunda, diez y
Pablo, seis, ingresaron a la primaria después de que toda la familia se mudó al
pueblo El Cayaco, municipio de Coyuca de Benítez, con las tías Dominga y
Marciana que los criaron al faltar la abuela.
A
los 17 años Lucio Cabañas abandonó la casa de sus tías en Cayaco para poder
estudiar en Tixtla. Cursó el cuarto grado mientras trabajaba en el campo y
vendía paletas de hielo. Por las noches trabajaba como velador del hotel del
señor Taide Valle. Por ser autodidacta pudo saltarse el quinto grado y estudiar
el sexto en la Escuela
Normal Rural de Ayotzinapa. En el mismo lugar terminó la
secundaria y la Normal. Se
recibió de maestro a los 27 años y asistió a la ceremonia de graduación con
ropa sencilla, sin el traje de la ceremonia. A
Cabañas le gustaba hablar en público, “Desde sexto año de primaria empezó a
hablar en las reuniones, a distinguirse. Era buen orador siempre le gustó
hablar en público” declaró al periódico Reforma su hermano Pablo Cabañas
Barrientos. En
la escuela Normal destacó como dirigente y buen orador, entró de lleno a la
política estudiantil convirtiéndose en dirigente de la sociedad de alumnos; su
primera acción política fue reunir a los alumnos para exigir a los maestros
cumplimiento de su trabajo, porque sólo daban clases unas dos veces y se iban a
descansar.
“Era
el mes de febrero de 1956 cuando un joven campesino como de dieciocho años de
edad llegaba a la Normal
de Ayotzinapa”, comenta Vicente Estrada Vega entrevistado por Simón Hipólito.
“Tanto el director como los maestros solamente nos daban clases una a dos veces
por semana, ya que se iban de asueto. Eso disgustó a Lucio, que una tarde nos
reunió para decirnos que procedíamos del sector más pobre del país, el
campesino, que si nuestros padres con grandes sacrificios y quitándose el
bocado de la boca nos mandaban a estudiar para cambiar en algo nuestra
situación, que no era justo que siguiéramos el juego al director y a los
maestros, que deberíamos llamarlos y exigirles puntualidad. Así se hizo y una
tarde llamamos al director y maestros a una asamblea, donde les exigimos
puntualidad. Como no quisieron, solicitamos su remoción de la normal y lo
logramos”.
Algunos
testimonios dicen que después del movimiento organizado por Lucio, a raíz de la
remoción de director y de los maestros, hubo algunos pleitos y fue agredido con
un puñetazo que le dejó una cicatriz en la ceja. Ese movimiento logró que
mejoraran las condiciones en la normal y desde allí Cabañas aumentó su
popularidad como líder natural. Arturo Miranda Ramírez y Carlos G. Villarino en
su libro El otro rostro de la guerrilla 40 años después escriben que Lucio
Cabañas ingresó a la
Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Brugos” de Ayotzinapa para
concluir sus estudios de educación primaria en un grupo que funcionaba como
anexo a la Normal
para las prácticas de los estudiantes de nivel profesional. “El grupo académico
estaba dirigido por la profesora María Ramírez, apodada la tortolita por su
pequeña estatura. Era muy apreciada y respetada por su capacidad y seriedad
académica. Maestra abnegada, quien prácticamente se convirtió en la segunda
madre de Lucio, a quien apoyaba y le daba consejos, sobre todo en relación a
sus problemas económicos y familiares”.
“En
1956, al ingresar a primero de secundaria, Lucio ya era ampliamente conocido
por todos los alumnos y maestros. A quienes ingresamos ese año, provenientes de
diferentes lugares nos causaba extrañeza que siendo compañero de grupo y que se
suponía también era de nuevo ingreso ya lo conocieran tantos. Como es tradición
en los internados, nadie se escapaba de ser bautizado con sobrenombre y de
buenas a primeras alguien le puso a Lucio El Chivo”. Se sabe que en una de sus
visitas al internado sus familiares le llamaron Chío y los que escucharon
pensaron que le decían Chivo por eso le quedó ese mote. “Algunos
compañeros lanzaban una imitación del balido de los chivos para anunciar su
presencia; con su sencillez y una sonrisa contestaba sin alterarse ¿Qué pasa
zanquitas que pasa?” La
sencillez y el carisma de Lucio trascendieron al grupo académico porque
convivía con los demás estudiantes de la misma escuela y por varias horas
apoyaba en sus labores a los campesinos que tenían sus parcelas en las
cercanías de la Normal ,
con los que cultivó una entrañable amistad. “Para
1959, Lucio era ya el estudiante más querido por los normalistas – dicen
Miranda y Villarino- año en que correspondía el cambio de Comité Ejecutivo
Estudiantil. La dirigencia se elegía en asamblea a la cual todos deberíamos
asistir. Era una práctica que en los hechos servía de enseñanza política de las
viejas generaciones a las nuevas. En esta ocasión compitieron dos planillas;
una encabezada por Francisco Santana (a) ‘La gallina’, alumno del nivel
profesional y la otra por Lucio Cabañas, estudiante aún de secundaria. La
asamblea fue muy agitada, los de profesional argumentaban que no era posible
que la sociedad de alumnos fuera dirigida ‘por un secundariano’, pero a la hora
de la votación Lucio ganó por amplia mayoría, gracias al trabajo de
proselitismo que realizó previamente incluso entre los de profesional”.
El
triunfo de la revolución cubana en enero de 1959 tuvo un impacto importante en
la historia mundial y despertó la esperanza en el resto de los países de
América Latina donde se fortalecieron los movimientos de izquierda. Ese impacto
llegó a la Normal
de Ayotzinapa, en donde Lucio e Inocencio Castro Arteaga instalaron en la
oficina del Comité Ejecutivo de la
Sociedad de Alumnos una radio de bulbos que diariamente a las
8 de la noche captaba las transmisiones del Ejército Rebelde desde la sierra
maestra de Cuba. Cuando se iba la señal provocaba desesperación entre los
oyentes, pero al final, “Lucio aprovechaba el interés y entusiasmo de los
radioescuchas para explicar la trascendencia e importancia histórica que tenía
para Cuba, México y América Latina la lucha emprendida por los cubanos
revolucionarios”, recuerdan Miranda y Villarino. Con
la colaboración de las embajadas del entonces bloque socialista, Lucio
recolectó libros y revistas y con ellos fundó la “Biblioteca Socialista” en las
oficinas del Comité Ejecutivo de la sociedad de alumnos. Por lo que fue objeto
de hostilidad por parte de unos maestros que eran miembros de los grupos
apegados al poder. En
ese tiempo se vino el movimiento en contra del gobierno de Raúl Caballero
Aburto quien se caracterizó por ser uno de los gobernadores más represores y
cometer muchos asesinatos en aras de una supuesta seguridad y justicia en el
estado. Se les aplicaba la ley fuga a los presuntos delincuentes. En Atoyac
tuvieron fama La Trozadura
y El Charco Largo donde fueron ajusticiados muchos ciudadanos de esta ciudad
sólo por las sospechas de ser delincuentes o por señalamientos dolosos de
algunos vecinos.
En
1960 la Normal Rural
de Ayotzinapa se sumó al movimiento por la caída de Caballero Aburto: “Lucio
fue nombrado presidente de la huelga en la Normal y de manera audaz trepó a la azotea del
edificio de dos plantas recientemente construido en la parte norte de las
antiguas canchas de basquetbol para plantar con mucha solemnidad la bandera
rojinegra” se lee en El otro rostro de la guerrilla 40 años después. Se
organizó la huelga y se hicieron marchas que recorrieron el centro de Tixtla y
los alumnos de la Normal
se turnaban para montar guardias en la parada cívica de Chilpancingo. Desde
sus discursos de la Normal
en esa lucha contra el caballerismo Lucio decía: “A esos que se cubren su
cabeza con bacinicas verdes les decimos: no les tenemos miedo porque el pueblo
está con nosotros decididos a triunfar”. Así se refería a los soldados y
policías, algo parecido pronunciaría el 18 de mayo de 1967.
Durante
el desarrollo de esa lucha Lucio Cabañas vino a encabezar algunas protestas a
su tierra. Una de ellas fue el 11 de diciembre de 1960 cuando a la una de la
tarde hubo un mitin en el Zócalo de la ciudad cafetalera en contra de Raúl
Caballero Aburto. La policía urbana y auxiliar que estaba comandada por el
mayor Adalberto Lira Torres disparó contra los manifestantes hiriendo a
Leónides Bello, los manifestantes repelieron la agresión con piedras y palos,
pero los organizadores del mitin entre ellos, Lucio Cabañas Barrientos, su mamá
Rafaela Gervasio y su tía Celerina Cabañas fueron detenidos y llevados a la
cárcel municipal. Ese día a doña Celerina le rompieron un dedo al colgarse del
cinturón de Lucio para evitar que se lo llevaran preso pero la arrastraron
junto con él hasta lo separos de la preventiva. Muchos años después mostraría
con orgullo su dedo roto como si fuera un trofeo de guerra. Ese día la gente se
organizó y enardecida regresó al palacio municipal para rescatar a sus líderes
y el Presidente Municipal, Raúl Galeana Núñez tuvo que liberarlos. A
las ocho de la noche del día siguiente, el mero día de la virgen, hubo una
cabalgata con antorchas y con un altoparlante recorrieron las calles de la
ciudad y al llegar al Zócalo realizaron un mitin. Ahí Lucio Cabañas, quien fue
el primero en abordar la tribuna denunció que el gobierno de Caballero Aburto
asesinó a su padrastro Juan Serafín Martínez y por eso su madre tenía que
sufrir el trabajo duro del campo para sacarlos adelante.
Años
más tarde en uno de sus discursos en la sierra ya como guerrillero diría:
“Nosotros, desde cuando Caballero Aburto, hicimos pueblo. Los de Ayotzinapa,
los de la escuela Normal Rural nos metimos por todos los pueblitos y donde
quiera anduvimos haciendo mítines y todo, y acarreando al campesinado. Incluso
cuando anduvimos de dirigentes en Ayotzinapa dábamos ropa a los pobrecitos
campesinos que no tenían para vestirse y se acercaban a Ayotzinapa”. Eso se
escucha en la voz de Lucio en unas grabaciones que fueron dadas a conocer por
primera vez por Luis Suárez y que ahora se consiguen con relativa facilidad.Cuando
terminó el movimiento anticaballerista después de la masacre del 30 de
diciembre de 1960, Lucio se reintegró a la normal para continuar con sus
estudios y formación política. Pero fueron pocos meses lo que estuvo dedicado a
sus clases. “En mayo de 1961, se llevó a cabo en la Normal de Huerta, en
Morelia Michoacán el Congreso Nacional ordinario para elegir el Comité
Ejecutivo Nacional de la
Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México
(FECSM) integrado por 28 normales rurales, en el cual salió electo Lucio
Cabañas Barrientos como secretario general, a pesar de la oposición de la
dirigencia nacional de la
Juventud Comunista que quería impulsar en el cargo a un
priísta”, señala Luis León Mendiola.
Cabe
mencionar que algunos testimonios dicen que el congreso de la FECSM fue en El Mexe Hidalgo
y otros que en Huerta Michoacán. Lo cierto es que después de esa elección se
vino la división de la FECSM
por eso: “La unificación fue la primera tarea de Lucio, para tal efecto se
trasladó a El Mexe, habiendo perdido un año de estudios. Es por eso que en
lugar de graduarse en 1962, lo logró hasta 1963. Lucio recorrió las 29 normales
(Mendiola menciona 28) hasta lograr la unificación política y así lograba su reconocimiento
como dirigente estudiantil indiscutible de todas las normales rurales del
país”, afirman Miranda y Villarino.
Graduado como profesor en la Escuela Rural de
Ayotzinaga, a la edad de veinticuatro años se hizo cargo de la secretaría
general de la Federación
de Estudiantes Socialistas, organización contraria al PRI (Partido
Revolucionario Institucional), además de pertenecer al Movimiento de Liberación
Nacional y al Partido Comunista Mejicano, del que llegó a ser un miembro muy
activo.
A
pesar de andar recorriendo el país, Lucio no se olvidaba de su tierra el 17 de
diciembre de 1961 asistió a una convención de estudiantes a la ciudad de
Atoyac, que se llevó a cabo durante tres días en el Cine Álvarez para formar la Federación Estudiantil
Guerrerense, la inauguración estuvo a cargo de Braulio Maldonado. En ese evento
Lucio Cabañas Barrientos defendió con vehemencia a los indígenas de la Montaña que en ese tiempo
venían a cortar café a la sierra. Condenó el hecho de que despectivamente se
les llamara chantes cuando son los dueños originales de la tierra en que
vivimos, rememora José Hernández Meza. La
escuela normal de Ayotzinapa y la lucha popular estudiantil le dieron la más
importante formación teórico-práctica fue allí donde conoció la teoría
revolucionaria y el ejemplo del Che Guevara. Lucio Cabañas no era afecto a las
bebidas embriagantes ni a los cigarros, su preocupación eran los problemas
sociales. Solía alejarse al campo donde buscaba pláticas con ancianos
campesinos porque de ellos aprendía valiosas experiencias.
En
noviembre de 1963 egresó Lucio de la
Normal de Ayotzinapa y en breve llegaría con la clave 36108
como maestro a Mexcaltepec. Donde escribiría con sus actos otra historia.
Orígenes de Lucio Cabañas
Lucio Cabañas Barrientos
Lucio nació el 15 de diciembre de 1936, en la
comunidad serrana El Porvenir. Sus padres fueron Rafaela Gervasio Barrientos y
Cesáreo Cabañas Iturio. Su abuelo el general zapatista Pablo Cabañas Macedo y
su abuela Aldegunda Iturio de
Cuando Lucio tenía ocho años, Facunda, diez y
Pablo, seis, ingresaron a la primaria después de que toda la familia se mudó al
pueblo El Cayaco, municipio de Coyuca de Benítez, con las tías Dominga y
Marciana que los criaron al faltar la abuela.
A
los 17 años Lucio Cabañas abandonó la casa de sus tías en Cayaco para poder
estudiar en Tixtla. Cursó el cuarto grado mientras trabajaba en el campo y
vendía paletas de hielo. Por las noches trabajaba como velador del hotel del
señor Taide Valle. Por ser autodidacta pudo saltarse el quinto grado y estudiar
el sexto en
“Era
el mes de febrero de 1956 cuando un joven campesino como de dieciocho años de
edad llegaba a
Algunos
testimonios dicen que después del movimiento organizado por Lucio, a raíz de la
remoción de director y de los maestros, hubo algunos pleitos y fue agredido con
un puñetazo que le dejó una cicatriz en la ceja. Ese movimiento logró que
mejoraran las condiciones en la normal y desde allí Cabañas aumentó su
popularidad como líder natural. Arturo Miranda Ramírez y Carlos G. Villarino en
su libro El otro rostro de la guerrilla 40 años después escriben que Lucio
Cabañas ingresó a
“En
1956, al ingresar a primero de secundaria, Lucio ya era ampliamente conocido
por todos los alumnos y maestros. A quienes ingresamos ese año, provenientes de
diferentes lugares nos causaba extrañeza que siendo compañero de grupo y que se
suponía también era de nuevo ingreso ya lo conocieran tantos. Como es tradición
en los internados, nadie se escapaba de ser bautizado con sobrenombre y de
buenas a primeras alguien le puso a Lucio El Chivo”. Se sabe que en una de sus
visitas al internado sus familiares le llamaron Chío y los que escucharon
pensaron que le decían Chivo por eso le quedó ese mote. “Algunos
compañeros lanzaban una imitación del balido de los chivos para anunciar su
presencia; con su sencillez y una sonrisa contestaba sin alterarse ¿Qué pasa
zanquitas que pasa?” La
sencillez y el carisma de Lucio trascendieron al grupo académico porque
convivía con los demás estudiantes de la misma escuela y por varias horas
apoyaba en sus labores a los campesinos que tenían sus parcelas en las
cercanías de
El
triunfo de la revolución cubana en enero de 1959 tuvo un impacto importante en
la historia mundial y despertó la esperanza en el resto de los países de
América Latina donde se fortalecieron los movimientos de izquierda. Ese impacto
llegó a
En
1960
Durante el desarrollo de esa lucha Lucio Cabañas vino a encabezar algunas protestas a su tierra. Una de ellas fue el 11 de diciembre de 1960 cuando a la una de la tarde hubo un mitin en el Zócalo de la ciudad cafetalera en contra de Raúl Caballero Aburto. La policía urbana y auxiliar que estaba comandada por el mayor Adalberto Lira Torres disparó contra los manifestantes hiriendo a Leónides Bello, los manifestantes repelieron la agresión con piedras y palos, pero los organizadores del mitin entre ellos, Lucio Cabañas Barrientos, su mamá Rafaela Gervasio y su tía Celerina Cabañas fueron detenidos y llevados a la cárcel municipal. Ese día a doña Celerina le rompieron un dedo al colgarse del cinturón de Lucio para evitar que se lo llevaran preso pero la arrastraron junto con él hasta lo separos de la preventiva. Muchos años después mostraría con orgullo su dedo roto como si fuera un trofeo de guerra. Ese día la gente se organizó y enardecida regresó al palacio municipal para rescatar a sus líderes y el Presidente Municipal, Raúl Galeana Núñez tuvo que liberarlos. A las ocho de la noche del día siguiente, el mero día de la virgen, hubo una cabalgata con antorchas y con un altoparlante recorrieron las calles de la ciudad y al llegar al Zócalo realizaron un mitin. Ahí Lucio Cabañas, quien fue el primero en abordar la tribuna denunció que el gobierno de Caballero Aburto asesinó a su padrastro Juan Serafín Martínez y por eso su madre tenía que sufrir el trabajo duro del campo para sacarlos adelante.
Años
más tarde en uno de sus discursos en la sierra ya como guerrillero diría:
“Nosotros, desde cuando Caballero Aburto, hicimos pueblo. Los de Ayotzinapa,
los de la escuela Normal Rural nos metimos por todos los pueblitos y donde
quiera anduvimos haciendo mítines y todo, y acarreando al campesinado. Incluso
cuando anduvimos de dirigentes en Ayotzinapa dábamos ropa a los pobrecitos
campesinos que no tenían para vestirse y se acercaban a Ayotzinapa”. Eso se
escucha en la voz de Lucio en unas grabaciones que fueron dadas a conocer por
primera vez por Luis Suárez y que ahora se consiguen con relativa facilidad.Cuando
terminó el movimiento anticaballerista después de la masacre del 30 de
diciembre de 1960, Lucio se reintegró a la normal para continuar con sus
estudios y formación política. Pero fueron pocos meses lo que estuvo dedicado a
sus clases. “En mayo de 1961, se llevó a cabo en
Cabe
mencionar que algunos testimonios dicen que el congreso de
Graduado como profesor en
A
pesar de andar recorriendo el país, Lucio no se olvidaba de su tierra el 17 de
diciembre de 1961 asistió a una convención de estudiantes a la ciudad de
Atoyac, que se llevó a cabo durante tres días en el Cine Álvarez para formar
En
noviembre de 1963 egresó Lucio de
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