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El desmantelamiento de la Universidad Pública por los neo-liberales
Ante el continuo despojo y desmantelamiento de la educación, publica, Necesitamos replantear los principios de equidad y justicia que dieron origen a la educación pùblica y el Estado rector; bajo la tutela de eficientar recursos, y la falsa bandera, de mejorar la educación; han promovido, la destrucción de un derecho inalienable, y no son los recursos; es la corrupción que impera y ven la educación como un botín, que busca quitarle la rectoría al Estado, bajo la complacencia de este, que no es mas que la encarnación de la deshonestidad, y no son las ideas, son los hechos, una verdadera traición al pueblo de México
No es raro que disputas
ideológicas deriven hacia una disputa por la significación de las palabras. Es
lo que pareciera estar ocurriendo respecto del significado de la expresión
universidad pública. Mediante el fácil expediente de desvirtuar el contenido
que ha tenido en nuestra sociedad el término público, transformándolo en la
simplicidad de ser de acceso al público, tal como es público un cine o un
restorán, se puede plantear que todas las universidades son públicas, lo que
las hace iguales y comparable unas con otras. En nombre de la igualdad, no
tendría sentido reclamar tratos diferentes para los iguales.
Para los que sabemos lo que es
una universidad pública en todas partes del mundo, puede parecer innecesario
definirla, sin embargo, la persistencia mediática del discurso destructor de lo
público poco a poco ha ido arrinconándonos, al punto de que ahora meramente
hacemos referencia a la propiedad estatal de la Universidad y tratamos
de evitar enredarnos con las confusiones de lo público que se han estado
instalando.
Una Universidad pública es una
universidad que no tiene un dueño con intereses ni concepciones religiosas,
doctrinas o ideologías particulares. La universidad pública es la universidad
que es de todos; es estatal porque el Estado es la expresión de la voluntad del
todo nacional. Es en esta perspectiva que desarrolla sus funciones
fundamentales de docencia, investigación-creación y extensión.
Una Universidad pública es una
institución de educación superior que existe para cumplir con el derecho
ciudadano a la educación en todos sus niveles, de acuerdo a los conocimientos y
la formación ciudadana que la sociedad define como necesarios; una universidad
pública desarrolla la investigación que la nación necesita para aumentar sus
conocimientos y enfrentar sus problemas; una universidad pública esta
comprometida a entregar a toda la comunidad del país el producto de su trabajo,
extendiendo sus estudios y creaciones más allá de los límites de sus
dependencias. Su pluralismo es una consecuencia necesaria del hecho de ser una
universidad de todos. De aquí también deriva la transparencia de su gestión y
las normas que rigen su convivencia interna.
La UNAM y todas las
universidades del país, se define como una universidad pública. El problema de
su confusión con universidades privadas deriva del hecho de que ha sido
despojada cada vez más de su carácter público. Forzada al autofinanciamiento,
ha tenido que optar por vender en el mercado su docencia, con lo cual no
aparece respondiendo al derecho a la educación de los ciudadanos, sino como un
oferente ante la demanda de estudios con poder de compra, sea al contado, con
crédito o con subsidio estatal. Sus investigaciones se financian con proyectos
que instituciones externas definen como prioritarios o directamente con venta
de estudios de interés privado. Su extensión se limita cada vez más por falta
de recursos y tiene que recurrir al interesado aporte privado y a vender sus
producciones.
Es difícil determinar cuánto de
público le queda a la
Universidades, más allá del hecho de que sus académicos y
funcionarios son considerados empleados públicos y que la Contraloría la
considera un servicio público en términos de fiscalización. Anecdóticamente, ni
siquiera sus espacios son espacios públicos donde pueda transitar la ciudadanía
sin comprobar que pertenece a la corporación mediante la documentación
adecuada. Las actuales demandas de las universidades estatales, de no estar
sometida a los controles propios de los servicios públicos y de poder
endeudarse por períodos más largos, de ser acogidas limitarán aún más el
carácter público de tales universidades. Sólo quedaría eliminar la condición de
empleados públicos de sus funcionarios, lo cual en buena medida ya se logra a
través del recurso de comprar servicios académicos y administrativos mediante
contrato de honorarios, lo que les permite bajar costos y ser más competitivas
en el mercado. En cuanto al aporte que le hace el Estado como "tradicional",
todo parece indicar que se le tratará de reducir aún más en la perspectiva de
su eliminación.
En la actualidad el elemento
distintivo y diferenciador de nuestra universidad pública pareciera ser el
espíritu que aún anima, quiero creer que mayoritariamente, a sus académicos,
funcionarios y estudiantes. Un espíritu que confusamente se expresa en términos
de sentido público, pluralismo, democracia interna y otros, que dan cuenta de
la pretensión de orientarse y definirse con prescindencia de doctrinas
religiosas o políticas y ejercer sus funciones sin someterse a los intereses
del mercado. Un sentir que es una universidad de todos y para todos los
ciudadanos, aunque esa voluntad del todo que es el Estado se niegue a
sostenerla.
No es fácil en las condiciones de
privatización a que ha sido empujada la universidad pública reclamar por un
aporte estatal sin que surjan denuncias de privilegio injustificado. Cosa
distinta sería intentar seriamente recuperar y potenciar su carácter de
universidad realmente pública, que obtenga del Estado el aporte que como tal le
corresponde y que en todos los países se le otorga para que efectivamente pueda
funcionar como universidad pública.
Es posible que ante las actuales
autoridades políticas del país nada se obtenga con una u otra estrategia, como
nada o casi nada se obtuvo de las autoridades anteriores, pero la orientación a
ser una universidad propiamente pública tiene proyecciones que el conformismo y
privatización no tienen. Por cierto que en cualquier alternativa las Universidades
del país puede mantener y aumentar su excelencia académica, porque eso es
independiente de su carácter público o privado. Como suele suceder, si se
quiere algo es conveniente aclarar qué es ese algo que se quiere.
La universidad Pùblica es y será
el estandarte de reprogreso liberación
de ideas libres, de innovación tecnológica y no estará limitada por intereses,
y ambiciones de unos cuantos que ven a la educación como un negocio; para los
que pretenden despojarnos de un derecho tan elemental como es la educación.
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