//Por; Jesús Hoyos Hernández//Biografías//Independencia//
Biografía Ignacio López Rayón
Ignacio López Rayón
El 31 de julio nació en 1773 en Tlalpujahua, Michoacán, asiento de Minas del Estado de México. Termino sus estudios en San Idelfonso en la ciudad de México, donde recibió el título de abogado, a la muerte de su padre manejo el laboreo de las minas en su pueblo natal. En 1810, un guerrillero insurgente llamado Antonio Fernández, quien a la cabeza de numerosos indios desbastaba las haciendas, Rayón le propuso evitar la dilapidación de los bienes de los españoles y que sirviesen al sostenimiento de la guerra, Fernández consulto con Hidalgo y este aprobó el plan, Hidalgo felicito al autor e invito a unirse a sus huestes. En octubre de 1810, López Rayón publico una proclama en la que calificaba de justa y religiosa la revolución, oponiéndose a las excomuniones que se pesaban sobre Hidalgo y de la acusación por parte del Clero Virreinal de herético y anticatólico, proclama que causo impacto. Entonces el Gobierno Virreinal trato de aprehender a López Rayón, quien huyo a Mara vatio, donde se unió al ejército insurgente, ejerciendo desde entonces las funciones de secretario de Hidalgo. Al retirarse los jefes insurgentes hacia el norte, después de la batalla del Puente de Calderón, celebraron una junta en Saltillo Coahuila en la cual trataron de nombrar un jefe que se quedara en ese lugar, para mantener encendido la llama de la revolución, se propuso a Abasolo y Arias quienes no admitieron el cargo, pero lo acepto López Rayón, quien se nombró jefe supremo, prestigio que conservó hasta la aparición de José María Morelos. Al saber de la captura de los jefes insurgentes en la Noria de Bajan, López Rayón salió de Coahuila para dirigirse a Zacatecas. Hecho muy criticado por algunos historiadores, en el sentido de que pudo intentar rescatar a los jefes insurgentes, sin embargo, su campaña en Zacatecas fue victoriosa, y continúo tomando parte aun en numerosas acciones guerreras, manteniendo encendida la llama de la rebelión en centro y occidente del país. En 1812 en Zitácuaro, López Rayón organizó la Suprema Junta Gubernativa de América, que expidió leyes, proclamas y reglamentos. La Junta de Zitácuaro elaboró un documento titulado Elementos constitucionales, que fue el primer intento de organizar las ideas emancipadoras en un instrumento legal. Estrechamente vinculado a los preceptos de Hidalgo, el documento decretaba la abolición de la esclavitud, la igualdad de clases, la libertad de expresión y la inviolabilidad del domicilio, y constituye un antecedente de los Sentimientos de la Nación de Morelos. Hasta que lanzo una proclama que lanzara en contra de su hermano, don Ramón López Rayón, por la capitulación de Coporo y por su negativa de reconocer a la Junta de Jaujilla que no quiso reconocerlo como Jefe Supremo de los Ejércitos Insurgentes, se vio en una situación difícil, se internó al sur de Michoacán, esto provocó que fuera detenido por Nicolás Bravo, y fue confinado de acuerdo a la junta de Jaujilla en Patambo. Pasaron varios años sin ver acción hasta el 11 de diciembre de 1817, donde fue aprehendido por tropas realistas y puesto en prisión en Tacuba, en donde duro hasta el 15 de noviembre de 1820. Al triunfo de la insurgencia, fue intendente de San Luis Potosí y diputado y comandante general de Jalisco. Murió en Guadalajara a los 59 años de edad, el 2 de febrero de 1832, su nombre fue inscrito con letras de oro en el salón de sesiones de la cámara de diputados.
Termino sus estudios en San Idelfonso en la ciudad de México, donde recibió el título de abogado, a la muerte de su padre manejo el laboreo de las minas en su pueblo natal. En 1810, un guerrillero insurgente llamado Antonio Fernández, quien a la cabeza de numerosos indios desbastaba las haciendas, Rayón le propuso evitar la dilapidación de los bienes de los españoles y que sirviesen al sostenimiento de la guerra, Fernández consulto con Hidalgo y este aprobó el plan, Hidalgo felicito al autor e invito a unirse a sus huestes. En octubre de 1810, López Rayón publico una proclama en la que calificaba de justa y religiosa la revolución, oponiéndose a las excomuniones que se pesaban sobre Hidalgo y de la acusación por parte del Clero Virreinal de herético y anticatólico, proclama que causo impacto. Entonces el Gobierno Virreinal trato de aprehender a López Rayón, quien huyo a Mara vatio, donde se unió al ejército insurgente, ejerciendo desde entonces las funciones de secretario de Hidalgo. Al retirarse los jefes insurgentes hacia el norte, después de la batalla del Puente de Calderón, celebraron una junta en Saltillo Coahuila en la cual trataron de nombrar un jefe que se quedara en ese lugar, para mantener encendido la llama de la revolución, se propuso a Abasolo y Arias quienes no admitieron el cargo, pero lo acepto López Rayón, quien se nombró jefe supremo, prestigio que conservó hasta la aparición de José María Morelos. Al saber de la captura de los jefes insurgentes en la Noria de Bajan, López Rayón salió de Coahuila para dirigirse a Zacatecas. Hecho muy criticado por algunos historiadores, en el sentido de que pudo intentar rescatar a los jefes insurgentes, sin embargo, su campaña en Zacatecas fue victoriosa, y continúo tomando parte aun en numerosas acciones guerreras, manteniendo encendida la llama de la rebelión en centro y occidente del país. En 1812 en Zitácuaro, López Rayón organizó la Suprema Junta Gubernativa de América, que expidió leyes, proclamas y reglamentos. La Junta de Zitácuaro elaboró un documento titulado Elementos constitucionales, que fue el primer intento de organizar las ideas emancipadoras en un instrumento legal. Estrechamente vinculado a los preceptos de Hidalgo, el documento decretaba la abolición de la esclavitud, la igualdad de clases, la libertad de expresión y la inviolabilidad del domicilio, y constituye un antecedente de los Sentimientos de la Nación de Morelos. Hasta que lanzo una proclama que lanzara en contra de su hermano, don Ramón López Rayón, por la capitulación de Coporo y por su negativa de reconocer a la Junta de Jaujilla que no quiso reconocerlo como Jefe Supremo de los Ejércitos Insurgentes, se vio en una situación difícil, se internó al sur de Michoacán, esto provocó que fuera detenido por Nicolás Bravo, y fue confinado de acuerdo a la junta de Jaujilla en Patambo. Pasaron varios años sin ver acción hasta el 11 de diciembre de 1817, donde fue aprehendido por tropas realistas y puesto en prisión en Tacuba, en donde duro hasta el 15 de noviembre de 1820. Al triunfo de la insurgencia, fue intendente de San Luis Potosí y diputado y comandante general de Jalisco.
Don Ignacio López Rayón murió en Guadalajara a los 59 años de edad, el 2 de febrero de 1832, su nombre está inscrito con letras de oro en el salón de sesiones de la cámara de diputados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por sus comentarios