//Ecología/Prehispánica//Proyectando a México//
Amaranto y pigüicha.
El Quelite bledo
El
súper alimento y oxigenante cerebral que pasa desapercibido para muchos. Es
común caminar por las calles, y ver esta planta creciendo obstinadamente sin
que nadie la haya sembrado, así, como si fuera monte.
Esta
hierba, ha sido subestimada desde tiempos coloniales, pero posee una altísima
cantidad de nutrientes. Su nombre científico es amaranthus, y aporta en la
alimentación: acido fólico, calcio, Fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc,
cobre, vitamina B1 o tiamina, B2 o rivoflavina, B3, A y C (más que la naranja).
También es fuente de aminoácidos como la lisina, que se encuentra en la carne, el pescado, los huevos. Posee calorías, proteínas, carbohidratos, fibra y ceniza, es baja en colesterol y tiene mayor fibra que el maíz, el arroz y el trigo. Así también, sirve para limpiar el aparato digestivo, para combatir la diarrea, las hemorragias internas, la menstruación excesiva, las úlceras en la piel, la fiebre, la irritación de garganta, los parásitos, la tos y la depresión. Además, es utilizada en la estimulación neuronal y en la oxigenación cerebral, por lo que mejora la memoria y la concentración.
Nombre en otros países
Colombia: ataco morado.
México: amaranto y pigüicha.
Bolivia: coimi.
Perú: quiwicha.
Rusia: lebedá.
Amaranto en época prehispánica
El amaranto en el México prehispánico fue una de las
principales plantas alimenticias empleadas tanto en el sustento diario como en
la vida ritual. No hace mucho, el mundo lo descubrió y se admiró de su gran
valor nutricional y ha sido fomentado como una alternativa contra el hambre.
Esta planta que ha sido utilizada por múltiples generaciones de los pueblos
originarios. Como verdura tiene propiedades alimenticias parecidas a la
espinaca y su semilla, clasificada como pseudocereal, es rica en proteínas de alta
calidad, sobre todo por su abundancia en lisina, aminoácido que es escaso en
otros cereales. Es una valiosa planta que Mesoamérica y el mundo andino dieron
a conocer a la humanidad. Una zona de mucha tradición en el cultivo de Milpa
Alta es precisamente la región cerril de Xochimilco, Milpa Alta y Tulyehualco,
donde podemos encontrar grandes parcelas productoras de este grano.
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