//Por Jesús Hoyos Hernández//Prehispánica//Proyectando a México//
Amaranto en la época prehispánica
Uno de los rituales más importantes dentro de la décima veintena xócotl huetzi (del 10 al 30 agosto) es la caída del xócotl. El tronco era de árbol de Ocote y en la punta colocaban un ave hecha de amaranto lo que comúnmente se conoce como alegría, que actualmente venden en los dulces típicos de las ferias de los pueblos. Entonces esa ave era decorada con atavios de guerra tanto el tronco liso como el ave eran llamados xócotl, el que ascendiera era el ganador, entonces subía y debía despedazar esa ave y arrojar en trozos a la gente para que manotearan. El mismo ganador era honrado por los sacerdotes regalandole un manta lujosa que usaría una vez obtenido su prestigio al capturar algún guerrero.
Una vez terminado el acto en sí, con unos lazos jalan fuertemente para lograr derribar el tronco y caer al suelo se partía en pedazos como las crónicas dicen podía ser en tres o cuatro.
El ritual era de origen otomí dedicado al señor otontecuhtli, Durán narra mucho más sobre este acto, en algunas partes llegan a contradecirse con otros informantes, en el sentido que para el fraile el ganador que llegaba a la cima del tronco ayunaba 4 días y no un año como otros mencionan.
Por último en todo el proceso de traslado del tronco del bosque a la entrada del pueblo se le colocaba sus ofrendas y se sahumaban con copal.
El acto aunque con una interpretación diferente, me recuerda al palo encebado que todavía existen en las fiestas patronales de los pueblos, donde él que llega a la punta recoge regalos o dinero no sin antes llevarse su buena manchada en su ropa por grasa o aceite.
El amaranto en el México prehispánico fue una de las principales plantas alimenticias empleadas tanto en el sustento diario como en la vida ritual. No hace mucho, el mundo lo descubrió y se admiró de su gran valor nutricional y ha sido fomentado como una alternativa contra el hambre. Esta planta que ha sido utilizada por múltiples generaciones de los pueblos originarios. Como verdura tiene propiedades alimenticias parecidas a la espinaca y su semilla, clasificada como pseudocereal, es rica en proteínas de alta calidad, sobre todo por su abundancia en lisina, aminoácido que es escaso en otros cereales. Es una valiosa planta que Mesoamérica y el mundo andino dieron a conocer a la humanidad. Una zona de mucha tradición en el cultivo de Milpa Alta es precisamente la región cerril de Xochimilco, Milpa Alta y Tulyehualco, donde podemos encontrar grandes parcelas productoras de este grano.
El amaranto se cultivaba en toda Mesoamérica y en áreas aledañas; los mayas lo utilizaban como parte importante en su dieta, al igual que purépechas, matlatzincas y mazahuas, tlahuicas y nahuas, según se refiere en varias fuentes, entre ellas las Relaciones geográficas del siglo XVI.
Para rarámuri y wixáricas, por ejemplo, aún es importante planta en su alimentación y en el ritual. En la Cuenca de México se sembraba tanto en el somonte como en las chinampas. Junto con maíz, frijol y chía, era entregado como tributo por los pueblos sujetos al gran señorío (hueytlahtocáyotl) mexica, como se señala en la Matrícula de Tributos y en el Códice Mendoza: 17 provincias conquistadas entregaban 18 trojes de huauhtli, equivalentes a 4 000 toneladas de semillas de amaranto, según algunos estudiosos.
En la compleja cocina prehispánica, a los tamales y tortillas de maíz solía añadírseles amaranto tostado, la harina podía ser sólo de tzoalli, y se agregaban capulines molidos, salsa o mulli de diferentes chiles e incluso miel.
Por lo general, los tamales solían ser redondos, y los que eran de amaranto se tostaban o se cocían y se les podían agregar diferentes tipos de quelites, entre ellos los del huauhtli, llamados huauquiltamalli o chalchiuhtamalli, que se ofrendaban en las sepulturas de los muertos y al dios del fuego en el mes de Izcalli, en la ceremonia llamada huauhquiltamalcualiztli.
Los atoles se elaboraban generalmente con amaranto tostado, miel o pinole de amaranto (michpinolli), al que se añadía miel o chile.
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