Por; Jesús Hoyos Hernández//Crónicas//SIGLO XX//
Los lagartijos
El paseo en la calle de Plateros, que ahora es la calle de Madero en el Centro histórico, solía ser territorio de los llamados “lagartijos”, hombres bien arreglados cuya misión principal era cortejar a damas de sociedad para disfrutar de su dinero.
Si no tenían éxito con las damas de alcurnia, el objetivo podía cambiar hacia las mujeres del servicio de estas familias ricas utilizando incluso a los niños que cuidaban como pretexto para acercarse a ellas.
Había de todas las edades, su vestimenta y su insistente actitud con el género femenino los hacía distinguirse. Se les veía con jaquet, saco cruzado, corbata de moño, camisa muy almidonada y con puños; sombrero alto de bolo paja, bigote espeso; zapatos de charol con polainas; guantes y bastón y resaltaban sus fistoles o anillos.
Su aparición se remonta desde la época del virreinato pero comienzan a tener mayor auge a fines del siglo XIX, cuando se les empezó a conocer en la capital como “Los Dandis”, “Los Catrines”, “Los rotos”, “Los lagartijos”, etc. Los lugares que concurrían eran el Portal de Mercaderes, la cantina La Fama Italiana, sobre Plateros o San Francisco, hoy calle de Madero, o bien, en la esquina de Vergara, hoy Bolivar y en el Teatro Nacional en la calle 5 de mayo, entre otros sitios.
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