Por; Jesús Hoyos Hernández//Biografías//Monografías//Presidentes de México//Caudillos//
José
Ignacio María del Corazón de Jesús de Santa Clara Francisco Javier Juan
Nepomuceno Antonio de Padua Pavón Jiménez.
Nació
en el puerto de Veracruz. Habiéndose graduado como licenciado logró ocupar el
puesto de Magistrado de la
Suprema Corte de Justicia. Debido a esta circunstancia fue
que ocupó la presidencia durante dos días (13 y 14 de agosto de 1860) en tanto
que una junta de notables ratificaba el puesto de presidente de la República al
Gral. Miramón.
Por; Jesús Hoyos Hernández//Presidentes de México//Biografías//Monografías//Independencia de México//
Miguel Gregorio de la Luz Atenógenes
Miramón. Nació
en México, D. F. Fue presidente de la República en dos ocasiones: una en 1860 y la
anterior el 2 de febrero de 1859 cuando por el Plan de "Navidad"
Zuloaga fue desconocido como presidente. A Miramón se le recuerda más como uno
de los generales que luchó en contra de Juárez y, que posteriormente apoyó a
Maximiliano cuando éste fue emperador de México. Fue fusilado, junto con Maximiliano
y el General Mejía, en el Cerro de las Campanas, en las afueras de Querétaro.
Miguel Miramón y Tomás Mejía, los conservadores
traidores a la patria del
siglo XIX que se inclinaron ante el invasor vienés Maximiliano de Habsburgo.
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Fue
Ministro de Guerra y de Relaciones Exteriores. Ocupó la presidencia
interinamente entre el 23 de diciembre de 1858 y el 21 de enero de 1859. Como
muchos otros conservadores se declaró partidario de que un noble de las casas
reales europeas viniera a gobernar al país. Por este motivo fue sometido a Consejo
de Guerra y fusilado en San Andrés Chalchicomula.
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Nació en Alamos, Chihuahua. Al ser desconocido Comonfort
como presidente (21 de enero de 1858) el Partido Conservador nombró en su lugar
a Félix Zuloaga. En esta ocasión duró en el cargo hasta el 22 de diciembre del
mismo año. Volvió a ocupar el puesto del 24 de enero al 1o. de febrero de 1859.
Presidente interino en el derroque de
Benito Juárez.
HOY EN ÁLAMOS: NATALICIO DE FÉLIX
MARÍA ZULOAGA
“En
esta Santa Iglesia Parroquial de los Álamos, en cinco de abril de mil
ochocientos trece, yo don Juan Nicolás Quirós, cura por Su Majestad, bauticé
solemnemente, puse los Santos Oleos y Sagrado Crisma, a un niño español que
nació el 31 de marzo y se le pusieron los nombres de José Félix de la Santísima Trinidad,
hijo legítimo de Don Manuel José de Zuloaga y Doña María Ana Trillo y fueron
sus padrinos Don Manuel de Angüis y Doña Serafina Barreda, a quienes advertí el
parentesco espiritual y obligaciones contraídas y por verdad la firmé. –Juan
Nicolás Quirós y Mora”. Reza la partida bautismal de Félix María Zuloaga, quien
cuarenta y cinco años después, y habiendo ya agregado “María” a su nombre, sería
el vigésimo octavo presidente de la República, el primero en haber nacido en Sonora y
el único hasta la fecha oriundo de Álamos. La
casa donde nació este personaje fue conocida a finales del siglo XIX como “los
altos de Bojórquez” por ser entonces propiedad del señor Luciano Bojórquez. En
este edificio residió la familia Zuloaga Trillo desde 1808, año en que don
Manuel fue trasladado al entonces Real de los Álamos por cuestiones laborales y
donde vivieron hasta 1816, cuando fue removido por el mismo motivo hacia la
ciudad de Chihuahua. En esa ciudad Félix María recibió su educación básica de
parte del sabio profesor Francisco Javier de Nava para después mudarse a la
capital del país, donde ingresó al Seminario para estudiar latín, filosofía y
teología entre otras materias.
Luego
de salir del seminario ingresó al Colegio Militar donde en 1851 fue ascendido
al rango de Teniente Coronel y ya para 1853 nombrado presidente del Consejo de
Guerra. En diciembre de 1857 proclamó el Plan de Tacubaya, desconociendo la
constitución del 5 de febrero del mismo año y reconocía, a su vez, a Ignacio
Comonfort como dictador del país. A los pocos días se sublevó de nuevo, pero
ahora en contra del presidente, hecho que le valió para que el 23 de enero de
1858 fuera nombrado presidente de la República por parte del partido conservador,
cargo que ocupó hasta el 24 de diciembre siguiente cuando fue removido por la
sublevación del general Echegaray, habiendo sido repuesto nuevamente en enero
de 1859, permaneciendo en el cargo unas cuantas semanas, pues en febrero del
mismo año fue derrocado definitivamente, no volviendo a participar más en
política. Don
Félix, señalan las fuentes, era alto, fuerte, de buen carácter y repulsivo a
las crueldades. Es necesario señalar que es considerado uno de los presidentes
más honrados que ha tenido México, pues sabiendo la precaria condición en que
se encontraban las arcas nacionales se negó a cobrar el sueldo de presidente,
lo cual hizo que su esposa, doña María de la Gracia Palafox de
Zuloaga y sus tres hijos, uno de los cuales era esquizofrénico, pasaran grandes
estrecheces económicas.
Derrocado,
en 1863 se exilió en Cuba, volviendo en 1866 para establecerse como comerciante
de tabacos en un estanquillo de la
Ciudad de México. Ya anciano y con carencias económicas, la
gente se preguntaba cómo había podido ese hombre haber sido general y
presidente de la
República. En 1887 se le hizo una entrevista, y al
comentársele que se publicaría Zuloaga contestó: “No, no. He muerto
verdaderamente en la vida pública; no se ocupe usted de mí, no quiero que en
los periódicos salga mi nombre, estoy mejor olvidado del mundo”
Félix
María Zuloaga Trillo, el único presidente que ha dado la Ciudad de los Portales,
falleció en la Ciudad
de México el 11 de febrero de 1898,
a punto de cumplir 85 años de edad.
Imágenes:
General Zuloaga; partida bautismal; casa donde nació.
Por; Jesús Hoyos Hernández//Prehispánica//Conquista fe México//Relatos//Crónicas//
En
una casona de Coyoacán se encuentra detenido el último Tlatoani de la gran
Tenochtitlán. Sentado en una habitación obscura e insalubre piensa en lo
incierto de su futuro, piensa en su pobre pueblo diezmado por el hambre y el
cocoliztli, le duele haberles fallado, recuerda el rostro de su esposa
Tecuichpo y su corazón se entristece, presiente que la hija de Moctezuma será
una mujer más en el harem del conquistador.
Sus
pensamientos son interrumpidos por los pasos de dos soldados que se escuchan
afuera. Cuauhtémoc se pone inmediatamente de pie, los soldados entran a la
habitación, le informan que va a ser interrogado, lo encadenan y lo conducen
por un pasillo a otra habitación grande, su instinto le dice que algo no está
bien, que algo grave va a suceder pero como digno guerrero que es, no demuestra
su miedo.
Una
vez adentro de la habitación, Cuauhtémoc observa como animal acorralado todo lo
que hay a su alrededor. Lo primero que ve es a Tetlepanquétzal el señor de
Tlacopan, algunos soldados españoles con sus espadas brillantes y Julián de
Alderete el tesorero real de la corona, ¡ahora lo entiende todo!, se trata
seguramente de oro,de otra forma no tendría porqué estar ahí el tesorero. En la
habitación hay una fogata ardiendo.
Julián
empieza el interrogatorio.
-
¿Decid donde habéis escondido el oro de Moctezuma?
Una
lengua les traduce en náhuatl a los prisioneros quienes responden que el tesoro
se perdió en el agua cuando salieron huyendo en la noche triste.
A
Julián no le satisface la explicación y ordena que los amarren y les quiten los
huaraches. ¡Los va a torturar!
¡Les
arrojan aceite hirviendo en los pies! El dolor que sufre el joven Tlatoani y el
señor de Tlacopan es indescriptible, ahogan en la garganta un grito de dolor,
¡los guerreros no demuestran dolor ni temor! ¡Están preparados para la tortura
y para la muerte!
Julián
molesto les grita de nuevo:
-
¡decidme perros insensatos dónde habéis escondido el tesoro de Moctezuma o vive
Dios que os mataré!
Cuauhtémoc
sudoroso, con los músculos completamente tensos y los ojos llenos de rabia
contesta lo mismo:
-
El tesoro cayó al agua cuando huían como mujercitas.
Los
soldados españoles vieron la señal que les hizo el tesorero y arrojan más
aceite hirviendo en los pies.
Tetlepanquétzal
no puede más, ¡el dolor es terrible! trata de encojer los pies, ¡un alarido de
dolor sale de su garganta!... le pide, le súplica a su señor Cuauhtémoc que
hable, ¡que les quite del tormento!.
Cuauhtémoc
le mira con los ojos inyectados de sangre, le pide que demuestre su valor. Que
sea fuerte ....¿fuerte? ¡Cómo ser fuerte ante una tortura así!?
Pasan
los minutos, las horas, el aire huele a sudor, a sangre fresca...a carne
quemada. ¡Les han quemado también las manos!
Los
señores ya no pueden más y ¡confiesan!
Tetlepanquétzal
completamente destrozado por el dolor, les asegura que el oro está escondido en
su casa, les suplica que lo lleven allá, para que sea el mismo quien se los
entregue.
Cuauhtémoc,
jadeante, confiesa. Apenas se escucha su voz cuando dice que lo tiene escondido
en una fosa de agua en su casa.
¡Por
fin las horas de dolor terminan!
Al
señor de Tlacopan lo matarían en su casa al darse cuenta que les había mentido,
¡no había ningún tesoro escondido!
En
el palacio de Cuauhtémoc si encontraron un pequeño tesoro, pero era el tesoro
personal de el último Tlatoani, con eso se conformo el avaro de tesorero del
rey.
Cuauhtémoc,
viviría algunos años más aunque quedaría tullido para el resto de sus días.
¿Por
qué permitiste la tortura Hernán Cortés? Sabías perfectamente que el tesoro se
había hundido en las aguas del lago de Texcoco aquella noche cuando lloraste..
Por; Jesús Hoyos Hernández//Historia de México//Conociendo a México//Proyectando a México//Prehispánica//
Uno de los últimos emperadores aztecas.
Como era Moctezuma
Xocoyotzin, y sus costumbres.
"Era
el gran Moctezuma Xocoyotzin, de
edad de hasta cuarenta años y de buena estatura y bien proporcionado, y
cenceño, y pocas carnes, y el color ni muy moreno, sino propio color y matiz de
indio, y traía los cabellos no muy largos, sino cuanto le cubrían las orejas, y
pocas barbas, prietas y buen puestas y ralas, y el rostro algo largo y alegre,
y los ojos de buena manera, y mostraba en su persona, en el mirar, por un cabo
amor y cuando era menester gravedad; era muy pulido y limpio; bañáse cada día
una vez, a la tarde; tenía muchas mujeres por amigas, hijas de señores, puesto
que tenía dos grandes cacicas por sus legítimas mujeres, que cuando usaba con
ellas era tan secretamente que no lo alcanzaba a saber sino alguno de los que
le servían.
Tenía
sobre doscientos principales de su guarda en otras salas junto a la suya, y
éstos no para que hablasen todos con él, sino cuál y cuál, y cuando le iban a
hablar se habían de quitar las mantas ricas y ponerse otra de poca valía, más
habían de ser limpias, y habían de entrar descalzos y los ojos bajos, puestos
en tierra, y no mirarle a la cara, y con tres reverencias que le hacían y le
decían en ellas: señor, mi señor, mi gran señor", primero que a él
llegasen; y desde que le daban relación a lo que iban, con pocas palabras les
despachaba; no le volvían las espaldas al despedirse de él, sino la cara y ojos
bajos, en tierra, hacia donde estaba, y no vueltas las espaldas hasta que
salían de la sala.
En
el comer, le tenían sus cocineros sobre treinta manera de guisados, hechos a su
manera y usanza, y tenían los puestos en braseros de barro chicos de bajo,
porque no se enfríasen, y de aquello que el gran Moctezuma, había de comer
guisaban más de trescientos platos, sin más de mil para la gente de guarda y
cuando habían de comer salíase Moctezuma, algunas veces con sus principales y
mayordomos y le señalaban cuál guisado era mejor, y de que aves y cosas estaba
guisado, y de lo que le decían de aquello había de comer, y cuando salía a
verlo eran pocas veces y como por pasatiempo.
Moctezuma XocoyotzinEl ultimo, tlatoani de los mexicas en el periodo 1502-1520.
Le
guisaban gallinas, gallos de papada, faisanes, perdices de la tierra,
codornices, patos mansos y bravos, venado, puerco de la tierra, pajaritas de
caña y palomas y liebres y conejos, y muchas maneras de aves y cosas que se
crían en esta tierra, que son tantas que no las acabaré de nombrar tan
presto".
"Historia Verdadera de la
conquista de la Nueva
España"- Bernal Díaz del Castillo