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Por; Jesús Hoyos Hernández//Prehispánica//Proyectando a México//Herencia Cultural//Cocina mexicana//
Metlapil
El
metlapil es una piedra alargada compañero del metate, proviene del náhuatl
metatl que significa muela. Piedra rectangular tallada en roca volcánica, puede
ser ápodo, sin patas o tener tres. Aunque este ultimó le corresponde al metate,
siendo los dos del mismo material. Es muy común que el metlapil y el metate se
confundan, pero son dos piezas en uno, uno es parte del otro. El metlati es una
piedra de moler, generalmente de origen volcánico, de forma cuadrangular y con
una superficie plana o ligeramente cóncava, que mide aproximadamente 50 cm por 30 cm. Se caracteriza por una
inclinación hacia adelante y se sostiene sobre tres pies tallados en el mismo
bloque de piedra.
Su
función principal es la molienda de granos como el maíz nixtamalizado, el cacao
y otras semillas, un proceso que realiza con la ayuda de un rodillo cilíndrico
del mismo material, conocido como metlapil.
Este
utensilio transforma los granos en masa o polvo, esenciales para preparar
alimentos y bebidas, como tortillas o chocolate. Más allá de su utilidad
práctica, el metlatl ocupa un lugar central en la vida doméstica y ritual de
las culturas mesoamericanas.
Históricamente,
su uso se asocia al trabajo femenino, denominado mocihuatequiuh, y se menciona
en textos antiguos junto a otras herramientas como el huso (malacatl) y la
barra de tejer (tzotzopaztli), simbolizando las responsabilidades de la mujer
en el hogar.
Estar
activa con el metlatl (itlan xaqui in metlatl) refleja diligencia y es clave en
la elaboración de alimentos diarios, bebidas como el chocolate y ofrendas
ceremoniales (huenchihualiztli).
El
metlapil es el rodillo que se usa para moler, se
llama metlapil; su nombre proviene de las palabras náhuatl “métatl y
“pilli”, que juntas significan “hijo
del metate”. Del náhuatl metlapilli, de metlatl, metate o
piedra de moler + pilli, hijo, ayuda: Hijo del metate.
Rodillo de piedra con el que se muele (maíz, cacao) en el metate. Metlapilli, del náhuatl mano
de metate o hijo del metate. Metlapitl. Palabra náhuatl que se
traduce; Metlapilli de Metlatl "metate"
y Pilli de "hijo". Esta
pieza con el paso del tiempo en muchas regiones de nuestro país, se le ha
llamado "mano para moler". Pero
su nombre original es Metlapitl; "Hijo del Metate".
En el albor del siglo XX,
una mujer —centinela de una herencia milenaria— se inclina sobre el metate, no
solo para moler maíz, sino para cincelar con sus manos el alma de un pueblo.
Su figura, envuelta en
quietud solemne, desafía el paso del tiempo. Cada tortilla que nace entre sus
palmas es un acto sagrado, una ofrenda a la continuidad de la vida. El comal
humea, y en ese vapor se elevan las memorias de generaciones que aprendieron a
resistir y a renacer desde el grano.
No es solo una mujer
haciendo tortillas. Es la historia entera de México latiendo en un rincón de
adobe y ceniza. Y así, en la danza silente entre piedra, fuego y maíz, ella no
cocina: invoca.
Invoca a los antiguos, a
los ausentes, a los que vendrán.
Porque en sus manos no hay
solo alimento,
hay patria, hay memoria,
hay eternidad hecha
tortilla.
Metlapil
El metlapil es una piedra alargada compañero del metate, proviene del náhuatl metatl que significa muela. Piedra rectangular tallada en roca volcánica, puede ser ápodo, sin patas o tener tres. Aunque este ultimó le corresponde al metate, siendo los dos del mismo material. Es muy común que el metlapil y el metate se confundan, pero son dos piezas en uno, uno es parte del otro. El metlati es una piedra de moler, generalmente de origen volcánico, de forma cuadrangular y con una superficie plana o ligeramente cóncava, que mide aproximadamente 50 cm por 30 cm. Se caracteriza por una inclinación hacia adelante y se sostiene sobre tres pies tallados en el mismo bloque de piedra.
Su función principal es la molienda de granos como el maíz nixtamalizado, el cacao y otras semillas, un proceso que realiza con la ayuda de un rodillo cilíndrico del mismo material, conocido como metlapil.
Este utensilio transforma los granos en masa o polvo, esenciales para preparar alimentos y bebidas, como tortillas o chocolate. Más allá de su utilidad práctica, el metlatl ocupa un lugar central en la vida doméstica y ritual de las culturas mesoamericanas.
Históricamente, su uso se asocia al trabajo femenino, denominado mocihuatequiuh, y se menciona en textos antiguos junto a otras herramientas como el huso (malacatl) y la barra de tejer (tzotzopaztli), simbolizando las responsabilidades de la mujer en el hogar.
Estar activa con el metlatl (itlan xaqui in metlatl) refleja diligencia y es clave en la elaboración de alimentos diarios, bebidas como el chocolate y ofrendas ceremoniales (huenchihualiztli).
El metlapil es el rodillo que se usa para moler, se llama metlapil; su nombre proviene de las palabras náhuatl “métatl y “pilli”, que juntas significan “hijo del metate”. Del náhuatl metlapilli, de metlatl, metate o piedra de moler + pilli, hijo, ayuda: Hijo del metate. Rodillo de piedra con el que se muele (maíz, cacao) en el metate. Metlapilli, del náhuatl mano de metate o hijo del metate. Metlapitl. Palabra náhuatl que se traduce; Metlapilli de Metlatl "metate" y Pilli de "hijo". Esta pieza con el paso del tiempo en muchas regiones de nuestro país, se le ha llamado "mano para moler". Pero su nombre original es Metlapitl; "Hijo del Metate".
En el albor del siglo XX, una mujer —centinela de una herencia milenaria— se inclina sobre el metate, no solo para moler maíz, sino para cincelar con sus manos el alma de un pueblo.
Su figura, envuelta en quietud solemne, desafía el paso del tiempo. Cada tortilla que nace entre sus palmas es un acto sagrado, una ofrenda a la continuidad de la vida. El comal humea, y en ese vapor se elevan las memorias de generaciones que aprendieron a resistir y a renacer desde el grano.
No es solo una mujer haciendo tortillas. Es la historia entera de México latiendo en un rincón de adobe y ceniza. Y así, en la danza silente entre piedra, fuego y maíz, ella no cocina: invoca.
Invoca a los antiguos, a los ausentes, a los que vendrán.
Porque en sus manos no hay solo alimento,
hay patria, hay memoria,
hay eternidad hecha tortilla.
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