Por; Jesús Hoyos Hernández//Nacional//Análisis//Política//Opinión//Relatos//
Anécdota del reloj del
presidente de México; Adolfo López
Mateos y el norteamericano John F. Kennedy referente a su esposa Jacqueline
Bouvier.
La siguiente anécdota ronda
en función de una visita que realizo el presidente de los Estados Unidos a México,
un año antes, cuando Estados Unidos le devolviera una parte del territorio arrebatado a México, con el tratado de Guadalupe, el chamizal, aunque esta anécdota, se a escrito no hay
fuentes fidedignas de que real mente esto haya existido tal y como aparece en algunos textos.
La visita de Kennedy a
México de 1962 y la leyenda del reloj.
Entre el 29 de junio y el
1 de julio de 1962, el presidente mexicano Adolfo López Mateos, recibió a su
homólogo norteamericano John F. Kennedy y a su esposa Jacqueline Bouvier.
Durante el encuentro se
trataron, entre otros temas, la firma de un convenio temporal para reducir la
salinidad del río Colorado, cuyas aguas eran utilizadas por agricultores de
Mexicali y un préstamo de 20 millones de dólares para el sector agrícola
mexicano.
Desde su llegada a México
el pueblo se rindió al carisma y simpatía de los Kennedy. Los recorridos por
las principales calles de la ciudad en carro descapotado se volvieron parte de
una verbena popular. Vallas interminables de gente y papeles de colores
coloreaban el ambiente.
Y no se diga de la
elegancia de la primera dama norteamericana. Sus atuendos, confeccionados para
la ocasión hacían resaltar su belleza. Coordinados sastre, azules y rosas
pastel, sombreros y guantes largos para el día y vestidos largos para las galas
que les ofreció el gobierno mexicano.
Pero su sencillez era la
que resaltaba, así lo demostró al asistir a una misa en la Basílica de Guadalupe 2 rodeada de mexicanos. O cuando leyó un discurso en español para un grupo de
trabajadores durante la inauguración de una unidad habitacional.
“Qué bonito reloj, señor presidente”
Pero recobremos el
anecdotario. Se cuenta que durante un banquete en Palacio Nacional sucedieron
dos momentos fuera del protocolo.
Fastidiado, tal vez, ante
la insistencia del anfitrión de que de una vez por todas, Estados Unidos
aceptara la devolución de El Chamizal, el presidente Kennedy, a la vista de los
20 volúmenes del proceso apilados en una larga mesa en el Salón de Recepciones,
le pidió al traductor acercar el oído:
-Dígale que cuánto vale,
en millones, el pedazo de tierra.
La respuesta del
presidente Adolfo López Mateos fue instantánea:
-Dígale que no soy agente
de bienes raíces".
En otro momento, el
presidente Kennedy chuleó el reloj de su homólogo mexicano.
"Qué bonito reloj señor presidente". Inmediatamente, López Mateos se despojó de la
prenda y se la obsequió al estadounidense. Pero la anécdota continuó.
Durante la inauguración de
la Unidad
Habitacional Kennedy, construida para obreros de las Artes
Gráficas, (aquella en que Jackie leyó en español), el presidente López Mateos,
chuleó a la primera dama norteamericana. "Qué
bonita es su esposa señor presidente". Rápidamente Kennedy se quitó el
reloj que le había obsequiado y en un español mochado, le dijo: "ahí está su pinche reloj".
Cierto o no, aquella
visita cambió en mucho la percepción de los mexicanos acerca del pueblo
norteamericano, así como sucedió en muchas partes del mundo, en parte y gracias
a los Kennedy.
Foto de 1963 los presidentes
Adolfo López Mateos y John F. Kennedy anuncian la devolución del territorio de
El Chamizal a México. Este proceso inició en la presidencia de Benito Juárez en
1866.
El presidente Adolfo López
Mateos ofrece fuego al puro de Kennedy de una manera muy inteligente, hace que
el que se incline sea John y no el 1962
Anécdota del reloj del
presidente de México; Adolfo López
Mateos y el norteamericano John F. Kennedy referente a su esposa Jacqueline
Bouvier.
La siguiente anécdota ronda
en función de una visita que realizo el presidente de los Estados Unidos a México,
un año antes, cuando Estados Unidos le devolviera una parte del territorio arrebatado a México, con el tratado de Guadalupe, el chamizal, aunque esta anécdota, se a escrito no hay
fuentes fidedignas de que real mente esto haya existido tal y como aparece en algunos textos.
La visita de Kennedy a
México de 1962 y la leyenda del reloj.
Entre el 29 de junio y el
1 de julio de 1962, el presidente mexicano Adolfo López Mateos, recibió a su
homólogo norteamericano John F. Kennedy y a su esposa Jacqueline Bouvier.
Durante el encuentro se
trataron, entre otros temas, la firma de un convenio temporal para reducir la
salinidad del río Colorado, cuyas aguas eran utilizadas por agricultores de
Mexicali y un préstamo de 20 millones de dólares para el sector agrícola
mexicano.
Desde su llegada a México
el pueblo se rindió al carisma y simpatía de los Kennedy. Los recorridos por
las principales calles de la ciudad en carro descapotado se volvieron parte de
una verbena popular. Vallas interminables de gente y papeles de colores
coloreaban el ambiente.
Y no se diga de la
elegancia de la primera dama norteamericana. Sus atuendos, confeccionados para
la ocasión hacían resaltar su belleza. Coordinados sastre, azules y rosas
pastel, sombreros y guantes largos para el día y vestidos largos para las galas
que les ofreció el gobierno mexicano.
Pero su sencillez era la
que resaltaba, así lo demostró al asistir a una misa en
“Qué bonito reloj, señor presidente”
Pero recobremos el
anecdotario. Se cuenta que durante un banquete en Palacio Nacional sucedieron
dos momentos fuera del protocolo.
Fastidiado, tal vez, ante
la insistencia del anfitrión de que de una vez por todas, Estados Unidos
aceptara la devolución de El Chamizal, el presidente Kennedy, a la vista de los
20 volúmenes del proceso apilados en una larga mesa en el Salón de Recepciones,
le pidió al traductor acercar el oído:
-Dígale que cuánto vale,
en millones, el pedazo de tierra.
La respuesta del
presidente Adolfo López Mateos fue instantánea:
-Dígale que no soy agente
de bienes raíces".
En otro momento, el
presidente Kennedy chuleó el reloj de su homólogo mexicano.
"Qué bonito reloj señor presidente". Inmediatamente, López Mateos se despojó de la
prenda y se la obsequió al estadounidense. Pero la anécdota continuó.
Durante la inauguración de
Cierto o no, aquella
visita cambió en mucho la percepción de los mexicanos acerca del pueblo
norteamericano, así como sucedió en muchas partes del mundo, en parte y gracias
a los Kennedy.
Foto de 1963 los presidentes
Adolfo López Mateos y John F. Kennedy anuncian la devolución del territorio de
El Chamizal a México. Este proceso inició en la presidencia de Benito Juárez en
1866.
El presidente Adolfo López
Mateos ofrece fuego al puro de Kennedy de una manera muy inteligente, hace que
el que se incline sea John y no el 1962







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