En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen
etimológico del término corrupción. En concreto, emana del vocablo
“corruptio”, que se encuentra conformado por los siguientes elementos:
el prefijo “con-“, que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que
puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”,
que es equivalente a “acción y efecto”.
“Un
pueblo que acepta pasivamente la corrupción y los corruptos no merece libertad.
Merece la esclavitud. Un país cuyas leyes son indulgentes y benefician a los
bandidos no tiene vocación de libertad. Su gente es esclava por naturaleza. Un
pueblo cuyas instituciones, públicas y privadas, están en gran parte
corrompidas, no tiene futuro. Solo pasa. Una nación, donde la sociedad civil
supuestamente organizada no mueve una paja si no hay posibilidad de ganancias,
no es capaz de legar nada a sus hijos, excepto días oscuros. Una patria, donde
recibir dinero malo a cualquier título es algo normal, no es una patria, porque
en ese lugar no hay patriotismo, sólo intereses y apariencias. Un país donde los
pocos que se esfuerzan por hacer prevalecer los valores morales, como la
honestidad, la ética, el honor, son asfixiados y masacrados, ya cayó al abismo
hace mucho tiempo. Una sociedad donde muchos hombres y mujeres se conforman con
distracciones sórdidas, en un trance profundo, no merece existir. Solo tengo
piedad de esas valientes personas que se rebelan ante este estado de cosas.
Para aquellos que consideran normal esta calamidad, no tengo sentimientos. ¡Qué
peligroso es liberar a un pueblo que prefiere la esclavitud!”.
Nicolás
Maquiavelo
La corrupción es el mayor cáncer que padece México,es un mal cultural, pero mas bien, auspiciado por las grandes cúpulas del poder, central, la corrupción, lejos de ser combatida, se concentra en un poder central, podríamos decir que la corrupción en México, se a vuelto muy cara; ejercido desde los poderes centrales.
En un poder centralizado que no ve ni escucha a nadie; por preservar sus propios intereses personales. por ejemplo.
El tráfico de influencias, el contrabando, el soborno, el peculado, el uso privado de bienes públicos, el castigo al inocente y el premio a quien no lo merece. Se trata, como puede fácilmente apreciarse, de prácticas por todos conocidas, de formas de conducta familiares y en las que, de uno u otro modo, incurre la inmensa mayoría de la población. Lo que, sin embargo, la gente resiente pero no comprende es que la corrupción significa, de manera gradual la destrucción gradual del Estado de derecho y si va creciendo, la destrucción de la vida institucional, el desprecio por la legalidad y el triunfo de la ilegitimidad y de la inmoralidad.
Una sociedad corrupta no puede ser sino una sociedad en estado de descomposición y, por consiguiente,tiene necesariamente que ser una sociedad injusta. Dada la extensión y la profundidad alcanzadas por la corrupción en nuestro país, no sería una exageración afirmar que estamos frente a un peligro de seguridad nacional. Es sólo con voluntad férrea que podremos desembarazarnos de ella. Empero, la voluntad por sí sola no puede acabar con la corrupción. se necesitan implementar mecanismos y aplicar la justicia por igual, significa poner al servicio del los ciudadanos las instituciones; y un castigo ejemplar a quien y quienes desempeñan cargos Públicos.
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