//Por; Jesús Hoyos Hernández//Nacional//Independencia//Siglo XVIII//Historia de México//
Biografía Nicolás Bravo Rueda,
Nicolás Bravo Rueda, uno de los personajes más importantes en la historia del estado de Guerrero y de la República Mexicana. Nació en Chilpancingo a fines del siglo XVIII y fue miembro de una familia de propietarios de fincas rurales, productores de azúcar e integrantes de las milicias cívicas novohispanas.
Fue presidente de México en tres ocasiones, 1839,1842 y 1846; Empezó su carrera militar en 1810, al lado de las fuerzas rebeldes de su padre, don Leonardo Bravo, al año siguiente ha de servir a las órdenes de don Hermenegildo Galeana, en este periodo de Guerra de Independencia;
Al iniciarse la Guerra de Independencia, los Bravo se unieron a la rebelión y llegaron a ser los hombres de confianza de José María Morelos y Pavón, los principales jefes del ejército insurgente del Sur. Nicolás, quien contaba con 23 años al inicio de la lucha, desempeñó varias comisiones a lo largo de la insurgencia, peleando en sus inicios al lado de Hermenegildo Galeana, de sus tíos Miguel y Víctor Bravo y, a partir del verano de 1812, como general en jefe, primero de la Provincia de Veracruz y, más tarde, de la Sierra y Tierra Caliente en el Sur. A las órdenes de don Hermenegildo Galeana, en este periodo de Guerra de Independencia; Se presentó uno de los sucesos más conmovedores de este periodo es el siguiente; Nicolás Bravo, ataca a los realistas en el Cerro del Calvario, en Veracruz, el enfrentamiento dura 24 horas, los insurgentes salen con la victoria, durante la refriega, José María Morelos, recibe de parte del Virrey un pliego, en el que invita, a Nicolás Bravo a rendirse a cambio de la vida de don Leonardo (su padre), al seguir la lectura, Morelos guarda silencio y ordena guardar el comunicado. Morelos recibe a los triunfadores, Bravo que viene con la victoria del Cerro del Calvario de la población del Palmar, trae los premios de guerra; 200 prisioneros, 300 fusiles, tres cañones y la espada del mariscal realista Labaqui; Morelos, llama en privado a Nicolás y le da la noticia de su padre. El joven Bravo no pude confiar en el Virrey y lamenta no poder salvar a su padre. Morelos, le escribe al Virrey y le ofrece un canje: " Leonardo a cambio de 800 prisioneros españoles "...Cuando el Virrey Francisco Javier Venegas, recibe la misiva de Morelos, han de contar que manda a asesinar, enfurecido a don Leonardo Bravo. El día en que Morelos es notificado del terrible deceso. Rompe la misiva con coraje y le escribe a Nicolás Bravo, que a la letra copio:
"Excmo.
Señor general Nicolás Bravo, Medellín; Prvo. de Veracruz.
Tengo
la pena de notificarle a Ud., que, por órdenes expresas de Virrey, con fecha
trece actual fue muerto su señor padre, general Leonardo Bravo, en la calzada
del ejido de la ciudad de México, habiendo subido ignominioso patíbulo del garrote
vil con el valor y la serenidad que siempre lo distinguieron, deploro tanto
como usted suceso tan infaustoso, aunque le recordare que es una gloria morir
en el servicio de la patria. De todos modos, como respuesta a la noticia
anterior, sírvase mandar pasar a cuchillo a todos los prisioneros que tiene en
su poder. Comunicándome, en seguida, su ejecución. Igual cosa hare yo con los
que guardo ...Dios conserve a Ud. muchos años...Dado en el cuartel general de
Tehuacán , a los diecisiete días de septiembre de 1812.. José
María Morelos"
Nicolás a pesar del dolor, se guarda la rabia y manda que todos los prisioneros sean puestos en capilla, al día siguiente para ser fusilados. Pasa la noche en duermevela, a las siete de la mañana, Bravo, sube a un estrado, lee un comunicado que escribió:
"En nombre de la patria que no quiere esclavos ni cadáveres, mi venganza es el perdón; podéis marcharos a donde gustéis; ¡Idos, estáis libres!...
Morelos al saber la desobediencia de Nicolás, se encierra por 2 horas endiablado, después sale con otro semblante, para jamás volver a tocar el tema...
Nicolás destacó por su valentía, habilidad y audacia, haciendo desesperar a sus enemigos, quienes decían que era el:
“mandarín del mayor concepto entre los de su clase, y de influjo indecible en toda la Tierra caliente por su astucia, por su mal encaminada constancia, por su sagacidad, atrevimiento, antigüedad en su fatal causa y arbitrios de formar reuniones”, como se quejaba el comandante realista José Gabriel Armijo. Pero, lo que le dio a Bravo gran fama entre propios y extraños fue su nobleza y magnanimidad, pues --a decir de sus biógrafos— él era: “bravo en la lucha y condescendiente en la paz”.
Durante la Guerra de Independencia, Nicolás Bravo obtuvo varios triunfos militares, pero también sufrió terribles penas, como la ejecución –en el garrote vil-- de su padre don Leonardo el 14 de septiembre de 1812, el fusilamiento de su tío Miguel un 15 de abril de 1814 y, desde fines de 1817, la pérdida de su libertad y las cadenas de la prisión, por casi 3 años. No obstante, en cuanto se vio libre, volvió a unirse a la lucha independentista, enarbolando el Plan de Iguala. Sin más medios que su entusiasmo, formó la séptima división del Ejército de las Tres Garantías y, con ésta, tomó varias poblaciones en los ahora estados de México, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo, proclamando la independencia en cada lugar que entraba.
En su recuerdo y honor, varias poblaciones en las que luchó llevan, hoy en día, su nombre como Coscomatepec en Veracruz, Tulancingo en Hidalgo, Palmar y Xayacatlán en Puebla y Valle de Bravo en el Estado de México. En otras, como Medellín, Tlaxcala e, incluso, en Puebla, lo consideran y enarbolan como su héroe de la insurgencia. Al lograrse la emancipación de México, Nicolás Bravo participó activamente en la construcción de la nueva nación independiente, involucrándose de lleno en la vida pública y en la toma de las decisiones políticas. Apenas proclamada la Independencia, hacía fines de 1821, se involucró en una conspiración republicana por lo que fue aprehendido, encarcelado y, finalmente, puesto en libertad por falta de pruebas. Después, fungió como miembro de la segunda Regencia y, durante el imperio de Agustín de Iturbide, como consejero de estado, para finalmente participar en su derrocamiento en 1823. Formó parte del Supremo Poder Ejecutivo mientras se redactaba la Constitución de 1824, que estableció el sistema republicano federal como forma de gobierno para México. Fue elegido vicepresidente de la República en dos ocasiones: de 1824 a 1828 y en 1846. Disgustado por la intervención del ministro norteamericano en la política interna, en 1827, formó el Plan de Montaño, por lo que fue aprehendido, se le formó causa y se le desterró del país. A su regreso, fungió tres veces, por periodos breves, como presidente interino o sustituto (en 1839, en 1842-1843 y en 1846). Desempeñó, además, los cargos de comandante general y gobernador del departamento de México en 1843, y gobernador del estado de Puebla en 1848. También, fue elegido para formar parte del poder Legislativo en diversas ocasiones: en 1839-1840 como senador en el segundo Congreso Constitucional centralista, en 1842 como diputado en el Congreso general y en 1850, como diputado en el Congreso Constituyente local del recién creado estado de Guerrero del que, cabe resaltar, Bravo fue uno de sus principales promotores. De igual manera, en el ámbito militar Nicolás tuvo múltiples puestos tanto en la Guerra de Independencia como en el México independiente. Entre otros, comandante militar del Sur por diversos periodos, entre 1830 y 1845; jefe de la división del ejército del Norte para la campaña de Texas, entre octubre de 1836 y marzo de 1837; general en jefe del ejército de la capital de la república, en 1845; general en jefe del ejército de Oriente, de la línea de Mexicalcingo, Churubusco y San Antonio y comandante militar del Castillo de Chapultepec en la defensa del país ante la invasión norteamericana en 1847. Después de una vida de intenso trabajo por una patria libre e independiente y por un estado soberano, Nicolás Bravo murió en Chilpancingo el 22 de abril de 1854 a los 67 años. Sus actividades lo llevaron a recorrer grandes extensiones del país y a vivir en diversos lugares, pero nunca perdió el arraigo por su tierra, por su lugar natal. Siempre regresó a las montañas surianas y aquí exhaló el último suspiro.
Don Nicolas Bravo murió de forma repentina a sus 68 años de edad en la Hacienda de Chichihualco, Guerrero el 22 de abril de 1854 al mismo tiempo que su esposa, lo cual hizo circular un rumor de que habían sido envenenados. Fue declarado Benemérito de la Patria y su nombre fue inscrito con letras de oro en la Cámara de Diputados. En 1925 sus restos descansaron en la Columna de la Independencia, del Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México y el 30 de mayo de 2010, trasladados al Castillo de Chapultepec (Museo Nacional de Historia) para su conservación, análisis, autentificación y exhibición durante los festejos del bicentenario de la independencia, al final del cual regresaron al monumento ya mencionado.
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