//Por; Jesús Hoyos Hernández//PUEBLA//Colonia//Estados//Municipios//
El ataque al Santuario de Guadalupe en Puebla
El 31 de marzo de 1863 las tropas francesas atacan y toman el Santuario de Guadalupe, el cual era conocido en el siglo XIX como "La Guadalupita".
Luego de sufrir la pérdida del Fuerte Iturbide (San Javier y la Penitenciaría) las tropas del Ejercito de Oriente organizan su linea de defensa frente al Paseo Bravo, concentrando la mayor parte de ella en las manzanas de la Plaza de Toros (3 poniente) y Mesón de Guadalupe (Reforma). Desde el día 30 de marzo las fuerzas invasoras habían intentado abrir una brecha en el edificio de la antigua Colegiata de Guadalupe (un colegio de niñas vírgenes que estaba a un costado de la iglesia) armados con hachas, intentaron romper las puertas, pero fueron repelidos a balazos. Para aminorar sus perdidas, el ejercito frances comenzó a lanzar cañonazos sobre las manzanas cercanas, provocando graves daños a los edificios. Temiendo que las casas se derrumbasen sobre los defensores, se empezó a diseñar una segunda línea de defensa en las manzanas interiores, por lo que se empezó a proyectar abandonar la iglesia de Guadalupe y sus alrededores para concentrar la defensa de la Ciudad en torno a San Marcos y el Hospicio.
A las 9 y media de la noche, los franceses con un batallón de zapadores se lanzaron al ataque definitivo. Debido a la oscuridad apenas podían verse los unos a los otros, siendo iluminados brevemente los rostros de los combatientes con los fogonazos y chispazos de los disparos. Quiso la suerte que un puñado de zuavos diera con una escalera interior que daba a la azotea del derruido edificio, y no pudieron ser detectados por los defensores hasta que ellos se habían apoderado de la mitad del edificio.
De repente se inicio el caos, las tropas corrían desordenadamente, disparando hacia la oscuridad sin saber donde pegaban los tiros, guiándose únicamente por los gritos de los oficiales que lanzaban órdenes. Desde las azoteas y con mejor vista gracias a las pequeñas fogatas que se encendieron en los patios, el enemigo frances tuvo mejor libertad de tirar y provocar mas daños a las tropas que desesperadamente intentaban salir de la manzana ocupada.
Envalentonados, los franceses intentaron ocupar la manzana siguiente, del Mesón de Guadalupe, donde el 1o. Batallón de Guanajuato estaba muy bien atrincherado con alrededor de 80 hombres y 50 reservas del batallón de Puebla. Pero fueron detenidos en seco en ese punto. Con gran valor detuvieron el ataque y aguantaron hasta la 1 y media o dos de la mañana, cuando el 1o. Batallón de Oaxaca al mando del general Porfirio Díaz llegó de apoyo con otro centenar de soldados, obligando a los atacantes a desistir y retirarse.
Pese a la victoria obtenida el 29 de marzo sobre San Javier, los franceses esperaban que la Ciudad cayera luego del ataque sorpresa a Guadalupe, ya que esperaban que los defensores huyeran despavoridos en la oscuridad, sin embargo no esperaban enfrentarse a una gran línea de defensa que les hizo mucho daño y que les obligaría a replantearse una nueva estrategia. La batalla por Puebla iba a tomar un nuevo giro, ya que ahora se pelearía palmo a palmo, casa por casa a costa de muchas vidas y una gran destrucción.
Grabado publicado en Le Mondé Ilustreé M.Durand 1863.
Las dos columnas de la derecha corresponden a la antigua entrada norte del Paseo Bravo.
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