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EL ORIGEN DE LAS MAYORDOMÍAS
En la actualidad, todavía existen las mayordomías, en los pueblos, comunidades, ranchos, en algunas alcaldías y municipios de México, es una tradición que se resiste a morir. Un mayordomo aparte de ser un sirviente, tiene otro significado, para la vida pública y comunitaria de México, esta estrechamente ligado a la fundación de sus comunidades, de sus pueblos o ranchos, las fiestas patronales y santos, a los festejos tradicionales, a los cumpleaños de cada comunidad.
Las mayordomías, surgen con las encomiendas evangelizadoras con los frailes que llegaron a México después de destruir todas las creencias y sus centros ceremoniales de los antiguos mexicanos e implantando una nueva tradición, sobre sus templos destruidos utilizando el mismo material irguieron iglesias y templos, les asignaron un santo sobre el cual descansa todas las creencias de la religión católica, a cada comunidad se le asigno un santo con nombre, en su mayoría el mismo que llevaría cada pueblo rancho o municipalidad.
La iglesia funcionaba como un gobierno legítimo, despótico en ello giraba toda la vida pública y social de toda organización. Pocos de los pueblos que se fundaron después podían lograr el reconocimiento, tenían que adoptar un santo y no se permitían las idolatrías de los indios sin ser perseguidos enjuiciados o desterrados.
Para lograr la aceptación y no ser tan despiadada la evangelización los frailes evangelizadores le añadieron un elemento más que son las mayordomías mientras las nuevas organizaciones adoptaron las fiestas como suyas volviéndose una tradición.
Para la mayoría de los autores las mayordomías tuvieron su origen después de la conquista, pero para otros aseguran que ya las mayordomías se celebraban mucho antes de las conquistas como en Santa Ana Tlacotenco y Santiago Tzapotitlan son dos pueblos nahuas que ya se encontraban asentados en lo que hoy es la Ciudad de México antes de la conquista española en 1521, en ellos se celebran vistosas fiestas patronales a cargo de un sistema de cargos conocido como mayordomías.
México es un país con tradiciones y fiestas caracterizadas por danzas, comidas y juegos pirotécnicos, en las que la figura del mayordomo tiene un papel importante. El origen de la mayordomía se remonta a la época colonial y estuvo estrechamente ligada a las cofradías y hermandades, cuyo objetivo fue integrar a las comunidades alrededor de los santos patronos para su evangelización y consolidación en el cristianismo. La mayordomía, aunque es un sistema de cargos al servicio de la Iglesia, está implicada en la organización político-religiosa de las comunidades y, en muchas ocasiones, contribuye al control político de los pueblos. Las funciones que deben cumplir los mayordomos dependen de la comunidad y la fastuosidad de la celebración, entre sus tareas están: realizar algunos rezos, cambiar las flores del santo, arreglar el interior de la iglesia para la fiesta y hacerse cargo de los juegos pirotécnicos, la música, así como de la comida y bebida de los danzantes y asistentes al festejo. La mayordomía forma parte de la organización religiosa y social de las comunidades, por lo que las iglesias conservan listas de las personas que han ocupado el cargo, con sus respectivas responsabilidades, como lo muestra el documento que ahora se presenta, que forma parte del archivo parroquial de Cacalotenango.
Las mayordomías como fiestas con
entidad propia La vida religiosa de los pueblos siempre ha girado alrededor de
sus creencias religiosas. Las cofradías y mayordomías servían para expresar un
sentimiento religioso poniéndose al servicio de Dios y de la parroquia.
Las
cofradías en México, durante el dominio español, eran congregaciones de fieles
en torno a la devoción de alguna advocación de
San Miguel Tzinacapan es un pueblo orgulloso de sus tradiciones, se localiza en la sierra nororiental del estado de Puebla; el 29 de septiembre celebra su fiesta su patronal y recibe a diversas mayordomías de decenas de comunidades de la sierra. La tradición ancestral y las costumbres permanecen intactas como un testimonio de los abuelos nahuas. -Los pueblos de México.
Anteriormente las tierras estaban en manos de unos cuantos, las personas no contaban con terrenos propios y las que tenían los vendían para cumplir con una tradición. Los grandes hacendados hacían fiestas en honor al santo patrón de la comunidad y se crearon las mayordomias pero con el tiempo comenzaron a elegir dentro de este grupo de personas a quienes serían los nuevos mayordomos y de esta manera les compraban las tierras para hacer frente a esos compromisos. Gracias a Zapata y su lema "la tierra es de quien la trabaja" pudieron tener de nuevo sus parcelas para sembrar.
Consagración de las Capillas de Tlayacapan
Los nombres de las capillas, su edificación, detalles, espacio, tiempo, estación y religiosidad, guardan perfectamente una relación estrecha con las festividades, detalles y semiótica de las deidades y fiestas prehispánicas. Así, las Capillas de Tlayacapan forman parte del imaginario colectivo de la gente y son fieles testigos de mayordomías, encuentros, carnavales, fiestas, procesiones, entierros, batallas y han soportado los embates de la modernidad, al modificarse continuamente sus contextos urbanos.
Hacia 1560 los españoles empezaron a reorganizar el señorío indígena en república de indios. Cabe hacer notar que, en algunos libros de historia del siglo pasado, consideraron al calpulli o sujeto como la comunidad indígena de la época prehispánica y del dominio español. Sin embargo, por lo menos desde 1979, Johanna Broda apuntó: “no encontramos la comunidad campesina igualitaria y autosuficiente, tal como lo postula el modelo de producción asiático”. Agrega que: “Las comunidades campesinas eran unidades internamente estratificadas y la tenencia comunal de la tierra parece estar ausente dentro de la mayoría de los casos. Esas comunidades [calpulli], se integraban a unidades mayores de estratificación y de dependencia política, y parecen haber dependido generalmente de las casas señoriales (teccalli) que controlaban las tierras y el trabajo de los campesinos”. Esta descripción corresponde a lo que ahora denominamos señorío o teucyotl mesoamericano. Posteriormente, Broda dice que: “de acuerdo con nuestro análisis, esta tendencia de crear una comunidad campesina igualitaria fue más bien el resultado de la política colonial, y no consecuencia de la continuidad de formas prehispánicas”. Por lo tanto, la llamada comunidad indígena es el resultado de la reorganización del señorío en república de indios, que inició en la segunda mitad del siglo XVI y, al desarrollarse en la segunda mitad del siglo XVII, los calpulli se separaron de sus respectivos pueblos cabeceras, de donde procede lo que Danièle Dehouve denominó a la comunidad indígena como “una organización específica del grupo local dotada de representantes civiles, con tierras comunales y un culto [al santo de cada pueblo] sostenido por cofradías (las actuales mayordomías), con intereses comunes”. La versión de la comunidad campesina, al parecer también se derivó de la información de varias fuentes, entre ellas la Suma de Visitas, en donde principalmente se registraron los pueblos cabeceras. Así por ejemplo: Las cabeceras tenían estancias estas eran tributarias.
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