Por; Jesús Hoyos Hernández//Herencia Cultural//Conociendo a México//Proyectando a México//
Seguramente la mayoría
de nosotros algunas vez hemos probado, los dulces típicos de feria, como por
ejemplo; Jamoncillos, palanquetas, Cocadas, macarrones, Alegrías, Garapiñados, Mueganos, Dulces típicos cristalizados. Algunos tienen diferentes nombres dependiendo la
región, pero existían una infinidad y
una gran variedad, de dulces que antes se vendían en cualquier lugar, pero se podían conseguir en las ferias
patronales de cada pueblo. Pero todo el recetario, proviene de nuestros
ancestros. Por ejemplo las palanquetas, éstas sus orígenes estaban hechas de
maíz y miel de abeja, y el significado su nombre en
náhuatl viene de “papaquili” que
significa “feliz” o “alegre”.
La base para toda la variedad de dulces, era lo que se producía
en el campo de cada región, utilizaban el chilacayote, para dulces
cristalizados, también utilizaban la miel y el piloncillo, con el amaranto se hacían,
alegrías con el maíz galletas, con las pepita de calabaza el jamoncillo, dulces
de calabaza, las palanquetas eran a base
de cacahuate, al igual que los mazapanes, con el cacao se revestían algunos
dulces de calabaza donde no se daba el cacao o cocos utilizaban otros
ingredientes, las harina de trigo etc.
Pero falta muy poco para que todo esto desaparezca
total mente, sucede como el pan, las nuevas generaciones ya no lo saben hacer,
y es que anteriormente los que se dedicaban a esta gran labor, poco a poco nos
han dejado o ya son de avanzada edad, y las nuevas generaciones ya no les
interesa seguir con la tradición familiar de aprender el oficio de elaborar
estos dulces y venderlos y la gente de ahora también ya muy poco los consume. Anteriormente
existían personas dedicadas a esta gran labor, e iban de feria en feria de
pueblo en pueblo, llevando sus productos, hoy toda esta riqueza cultural poco a
poco se ha ido perdiendo, hoy algunos dulces se elaboran en grandes talleres
como panaderías, dulcerías pero ya han perdido esa magia ese sabor y esa alegría
de ser total mente artesanales elaborados de forma individual para el disfrute
de una generación que también ya partieron de este mundo.
Seguramente la mayoría de nosotros algunas vez hemos probado, los dulces típicos de feria, como por ejemplo; Jamoncillos, palanquetas, Cocadas, macarrones, Alegrías, Garapiñados, Mueganos, Dulces típicos cristalizados. Algunos tienen diferentes nombres dependiendo la región, pero existían una infinidad y una gran variedad, de dulces que antes se vendían en cualquier lugar, pero se podían conseguir en las ferias patronales de cada pueblo. Pero todo el recetario, proviene de nuestros ancestros. Por ejemplo las palanquetas, éstas sus orígenes estaban hechas de maíz y miel de abeja, y el significado su nombre en náhuatl viene de “papaquili” que significa “feliz” o “alegre”.
La base para toda la variedad de dulces, era lo que se producía en el campo de cada región, utilizaban el chilacayote, para dulces cristalizados, también utilizaban la miel y el piloncillo, con el amaranto se hacían, alegrías con el maíz galletas, con las pepita de calabaza el jamoncillo, dulces de calabaza, las palanquetas eran a base de cacahuate, al igual que los mazapanes, con el cacao se revestían algunos dulces de calabaza donde no se daba el cacao o cocos utilizaban otros ingredientes, las harina de trigo etc.
Pero falta muy poco para que todo esto desaparezca total mente, sucede como el pan, las nuevas generaciones ya no lo saben hacer, y es que anteriormente los que se dedicaban a esta gran labor, poco a poco nos han dejado o ya son de avanzada edad, y las nuevas generaciones ya no les interesa seguir con la tradición familiar de aprender el oficio de elaborar estos dulces y venderlos y la gente de ahora también ya muy poco los consume. Anteriormente existían personas dedicadas a esta gran labor, e iban de feria en feria de pueblo en pueblo, llevando sus productos, hoy toda esta riqueza cultural poco a poco se ha ido perdiendo, hoy algunos dulces se elaboran en grandes talleres como panaderías, dulcerías pero ya han perdido esa magia ese sabor y esa alegría de ser total mente artesanales elaborados de forma individual para el disfrute de una generación que también ya partieron de este mundo.
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